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Sexo por la puerta de atrás, qué hacer

por Gamboa C. Alejandro
12-07-2023

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El sexo anal es una práctica sexual que involucra la estimulación del ano y el recto, y puede ser una fuente de placer para algunas personas. Sin embargo, es importante abordar esta práctica desde una perspectiva médica y resaltar ciertas consideraciones y precauciones importantes para garantizar la salud y el bienestar de quienes deciden participar en ella.

El ano y el recto son áreas del cuerpo altamente sensibles y están diseñadas principalmente para funciones fisiológicas, como la eliminación de desechos. Estas partes del cuerpo no tienen la misma elasticidad y lubricación natural que la vagina, lo que puede hacer que el sexo anal sea potencialmente incómodo y aumentar el riesgo de lesiones.

Es fundamental recordar que el ano y el recto son delicados y susceptibles a desgarros y abrasiones. La falta de lubricación adecuada y la fuerza excesiva durante la penetración anal pueden aumentar el riesgo de trauma físico, lo que podría llevar a infecciones, hemorroides, fisuras anales y otras complicaciones.

Además, debido a la naturaleza del intestino y la presencia de bacterias, existe un mayor riesgo de transmisión de infecciones de transmisión sexual (ITS) durante el sexo anal. Las ITS como el VIH, la gonorrea, la clamidia y el herpes pueden transmitirse a través de la actividad sexual anal sin protección, tanto en parejas heterosexuales como homosexuales.

Es importante tomar medidas preventivas para reducir los riesgos asociados con el sexo anal. Aquí hay algunas precauciones que se deben tener en cuenta:

1. Comunicación y consentimiento: Es esencial tener una comunicación abierta y honesta con la pareja sexual sobre las preferencias, límites y preocupaciones relacionadas con el sexo anal. Ambos deben estar de acuerdo y sentirse cómodos antes de participar en esta práctica.

2. Uso de preservativos: Utilizar condones de látex o poliuretano durante el sexo anal puede ayudar a reducir el riesgo de transmisión de ITS. Los lubricantes a base de agua o silicona también pueden ser útiles para mejorar la lubricación y reducir la fricción.

3. Lubricación adecuada: La lubricación es clave para reducir el riesgo de lesiones. Es recomendable utilizar un lubricante soluble en agua o silicona para facilitar la penetración y disminuir la fricción. Se debe evitar el uso de lubricantes a base de aceite, ya que pueden debilitar el látex de los condones.


4. Higiene adecuada: Mantener una higiene adecuada es esencial antes y después del sexo anal. Se recomienda lavar el área con agua tibia y un jabón suave antes de la actividad sexual. Evitar el contacto directo entre el ano y la vagina puede ayudar a prevenir infecciones.

5. Gradualidad y precaución: Es importante comenzar con suavidad y gradualidad durante la penetración anal. El uso de juguetes sexuales de tamaño apropiado puede ayudar a preparar y dilatar el área antes de la penetración.

Si experimentas dolor intenso, sangrado persistente o cualquier otra preocupación médica durante o después del sexo anal, es fundamental buscar atención médica de inmediato. Un profesional de la salud podrá brindar una evaluación adecuada y ofrecer recomendaciones específicas para tu situación.