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Bayern enfrentará al PSG en la final de la Champions tras golear a Lyon

por Redacción DC
19-08-2020

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No hay equipo más en forma en toda Europa que el Bayern Múnich, que, ni siquiera cuando reduce su versión, parece superable para casi nadie, este miércoles el Lyon, por unas individualidades y una pegada imparables, como el desbordante Serge Gnabry, que transformó un inquietante 0-0 en un triunfo indudable hacia la final de la Champions League (0-3) del próximo domingo contra el París Saint-Germain en Lisboa.

El extremo hizo los dos primeros goles y Robert Lewandowski marcó el tercero, pero no fue el aplastante equipo de cuartos de final. Ni se acercó. Tampoco lo necesitó. No hay límites aparentes para el bloque alemán, que siente una convicción inalterable, con una cantidad tremenda de recursos y un físico afinado, pero hoy por hoy menos determinante que todo el talento que tiene en sus futbolistas.

El Bayern no venció al Olympique Lyon por preparación física. Ni por una seguridad defensiva que, más bien, fue todo lo contrario. Lo hizo porque dispone en sus jugadores una capacidad tan diversa como incontestable para decidir cualquier partido en cualquier momento, hasta cuando menos se intuye, hasta cuando más dudas desprende, porque también hay veces que no se siente tan inaccesible.

Gnabry lo reafirmó este miércoles. Era el minuto 18, cuando su diagonal desmontó toda la estructura diseñada por Rudi García, el técnico del Lyon; desde el lado derecho del ataque alemán hasta el izquierdo, hasta que se perfiló para soltar un zurdazo a la escuadra inalcanzable para Anthony Lopes. Hasta que cambió el encuentro.

Ahí terminó realmente el duelo. Ahí pasó ya bajo control del Bayern (por mucho que se relajó o permitió en el segundo tiempo). Más aún cuando él mismo inició y culminó también el 0-2. Primero condujo, luego abrió al centro por la banda izquierda de Perisic y después llegó al área, oportuno para arreglar el fallido remate de Lewandowski -hasta él falla- y agrandar la distancia. El goleador polaco se rehizo con el 0-3 de cabeza al borde del final. Su decimoquinta diana en la actual edición de la Liga de Campeones.

Ya desde antes (el 0-2 fue en el minuto 33) la diferencia se intuía insalvable. No hay comparación posible en los últimos meses con el equipo alemán, cuyo recorrido de victorias es impresionante: 20 triunfos consecutivos. Ha sido invencible en los últimos 28 choques.

Hubo debate 17 minutos. Nada más. Porque no solo depende de defender y atacar bien tú, porque el Lyon lo logró durante todo el primer tramo del duelo y porque, aparte de eso, requiere la perfección en cada ocasión, sino de que el Bayern ni siquiera se acerque a tu portería. O al menos lo haga lo menos posible. Porque necesita muy poco, casi nada, para golpear certero.