Seguramente no eres la misma persona que hace poco más de seis meses que comenzó la pandemia de coronavirus; algunos han notado como su ciclo de sueño se ha modificado de forma radical.
Esto tiene diversas explicaciones científicas que te podrán ayudar a entender las razones por las que te cuesta mucho trabajo conciliar el sueño, o eventualmente sientes que no descansas lo suficiente.
Una de las situaciones más comunes actualmente es que las personas se sienten especialmente cansadas, pero a los pocos minutos de meterse a la cama les cuesta mucho trabajo lograr dormir.
El ciclo de sueño es principalmente controlado por los ritmos circadianos, los cuales afectan la actividad cerebral, metabolismo y el sueño. Factores externos que modifican estos ritmos son la luz del día, el nivel de luces con los que cuentas en tus espacios y los horarios que manejes en el momento.
Para poder conciliar el sueño y tener una mejor calidad de descanso a la hora de dormir es muy importante tomar en consideración algunas situaciones que los expertos consideran como fundamentales para cuidar del organismo.
Además del grado de luz al que los seres humanos se exponen, otros detalles que pueden influir de forma directa en el descanso son las actividades que realiza.
Ahora que la gente tiene la posibilidad de trabajar desde casa, el ritmo circadiano se podría alterar debido a que la gente realiza sus actividades, pero se da el lujo de descansar en el sillón o recostarse brevemente; eso genera que el cerebro entre en un estado de confusión.
Uno de los errores que hay que corregir de forma inmediata es engañar al cuerpo; cuando tu organismo te indique que ya es momento de dormir, debes hacerle caso. Ya que al no permitir que proceda la etapa del sueño, el cuerpo entra de nuevo en el modo diurno en el que se activa.
Alejarte de la luz blanca y azul de los celulares, computadoras y tabletas es la mejor opción para adaptarte de nuevo a los ritmos circadianos.
También se recomienda hacer ejercicio en el día, dormir en un espacio oscuro y fresco, evitar la interacción con los dispositivos móviles antes de ir a la cama, no cenar de forma abundante; pero sobretodo, escuchar a tu cuerpo.
