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Pablo Sandoval va por el gobierno de Guerrero

por Redacción
01-10-2020

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PALABRAS DE PABLO AMICAR SANDOVAL BALLESTEROS EN LA CONFERENCIA DE PRENSA CON MOTIVO DE SU RENUNCIA A LA DELEGACIÓN DE PROGRAMAS PARA EL DESARROLLO


Chilpancingo, Guerrero a 1 de octubre de 2020


Gracias a todos por acompañarnos. Los convoqué para darles una noticia importante.

Con enorme agradecimiento hacia el presidente de la República, con una gran satisfacción por lo que hemos logrado en el estado, y con la firme convicción de que lo mejor para Guerrero está por venir, ayer presenté mi renuncia al cargo de Delegado de Programas para el Desarrollo.

Le agradezco al presidente Andrés Manuel López Obrador

—quien ha sido líder político, mentor personal y un amigo cercano para mí y mi familia— por la confianza que depositó en mí para representar a su gobierno en mi estado.

 

Gracias al apoyo que siempre recibí de él, logramos que Guerrero sea hoy uno de los estados en los que funcionan mejor los programas sociales, que son el  proyecto más importante de la cuarta transformación.

También reconozco la actitud de respeto y cooperación del gobernador. Gracias a las facilidades que nos brindó, en el gobierno federal logramos ser más eficaces que nunca.

Hoy, las familias guerrerenses tienen un aliado en el gobierno de México. Tan sólo en la delegación, logramos apoyar a casi 1.4 millones de personas, 40% de la población total de Guerrero. Y si sumamos los programas federales de otras dependencias, el Gobierno de México beneficia a más de 2.2 millones de guerrerenses, casi dos de cada tres habitantes en la entidad.

La política social ya se siente en el bienestar de las familias de Guerrero:

Más de 800 mil niñas, niños y jóvenes reciben una beca para continuar sus estudios.

Casi 700 mil campesinos cuentan con un apoyo para seguir produciendo y mejorando el ingreso de sus familias.

Más de 236 mil adultos mayores reciben puntualmente una pensión que reconoce sus aportaciones a la sociedad y les permite tener una vida más digna.

Estos programas no sólo son un alivio frente a las carencias sociales, sino un camino para superarlas. De hecho, casi la mitad de los beneficiarios en Guerrero participa en un programa productivo que les permitirá generar los ingresos necesarios para dejar las filas de la pobreza.

 

Tengo la satisfacción de que, junto a todos los guerrerenses, logramos que la política social funcione con honestidad y de la mano del pueblo. Durante casi dos años como delegado, tuve la oportunidad de volver a recorrer las siete regiones y 81 municipios del estado, supervisando la correcta operación de nuestros programas y el ejercicio honesto de los recursos públicos. “Ahora sí nos llegan los recursos”, “ya nos llegan completos los apoyos”, “ya no nos piden nada a cambio”, nos decía la gente.

Y es que eliminamos a los intermediarios. Superamos resistencias y dificultades, pero hoy, la gente ya sabe cuánto debe recibir y puede exigirlo. Los recursos rinden más, porque ya no se pierden en una cadena de burocracia, sino que se entregan de manera directa y en las manos de los beneficiarios.

 

En línea con la reforma constitucional que promovió el Presidente, los programas sociales en Guerrero se operan como un derecho de los ciudadanos y una obligación del Estado. Hoy, los guerrerenses saben que los apoyos del gobierno no son capital de los servidores públicos, sino patrimonio de la gente. Acabamos de tajo con el uso y abuso político de los programas sociales. Se acabó la manipulación: hoy, todos sabemos que los recursos son del pueblo y para el pueblo.

Le entregamos buenas cuentas al presidente y dejamos una delegación en marcha. Con un equipo de gente comprometida con la transformación de la vida pública y la justicia social, tengo la satisfacción de que todas las metas que se pusieron a la delegación, fueron alcanzadas o superadas.

 

Gracias al trabajo de más de 900 servidores de la nación, para quienes no tengo más que aprecio y agradecimiento, logramos regularizar la operación de todos los programas sociales. La delegación se queda un equipo capaz de continuar la operación con la misma eficacia, honestidad y sin ccontratiempos.

Como servidor público seguí siempre el ejemplo de mi abuelo el Dr. Pablo Sandoval Cruz, fallecido a principios de este fatídico 2020; y las las heroicas lecciones de mi padre el Mtro. Pablo Sandoval Ramírez, cuyas vidas también estuvieron dedicadas sin descanso a las luchas por la democracia.

Los dos me enseñaron que el ejercicio de un cargo público únicamente adquiere sentido si se entrega al bienestar del pueblo.

 

Con resultados para Guerrero y con la venia del presidente, dejo de la delegación con orgullo y con el corazón lleno de esperanza. Porque estos dos años de trabajo y de avances son prueba de que sí podemos transformar Guerrero; con honestidad y trabajando con la gente, sí podemos alcanzar nuestros sueños; sí podemos mejorar el presente en el que vivimos y dejar un mejor futuro para nuestros hijos.

Guerrero ha sido parte de todas las revoluciones del país, y ahora deber ser protagonista de la cuarta transformación.

 

En la independencia, fuimos sede del primer congreso auténticamente mexicano, en Chilpancingo, y declaramos la victoria nacional en Iguala. La guerra de reforma tuvo su primer antecedente en la revolución de Ayutla, que derrocó a Santa Anna y permitió que nuestro paisano Juan Álvarez llegara a la presidencia para publicar la primera ley de reforma y convocar al Constituyente de 1857. En la revolución, Guerrero fue el primer territorio declarado maderista en todo el país. Y aquí tomó fuerza y tuvo apoyo siempre el movimiento de mi General Zapata.

Hoy, no puede ser la excepción. Guerrero tiene que sumarse de lleno y en todos los órdenes de gobierno a la revolución pacífica que ya ha iniciado en el resto del país. Tenemos que sumarnos a la cuarta transformación para reivindicar la soberanía del pueblo y construir un gobierno honesto, austero y cercano a la gente.

 

La cuarta transformación significa construir un gobierno del pueblo; que trabaje para todos y cada uno de los guerrerenses; que vele por la prosperidad de los trabajadores y los pequeños comerciantes; por la tranquilidad de las amas de casa y las madres trabajadoras; por el futuro de las niñas, niños y jóvenes; por la dignidad de los adultos mayores y las personas con discapacidad; por la inclusión de los indígenas y pueblos afro-mexicanos; por el bienestar de todos.


Señoras y señores:

Todos aquí sabemos que Guerrero es un gran estado; que tiene una riqueza natural enorme y un valor inigualable en el talento de su gente. Todos somos testigos del coraje de los guerrerenses para sobreponerse a la adversidad, de su tesón para trabajar, su pasión por crear y su valentía para emprender.

Día tras día, sin embargo, nos damos cuenta de que Guerrero está lejos de ser el estado que soñamos. Y mientras tanto, los gobiernos anteriores han trabajado para unos cuantos; mientras el guerrerense común, el ciudadano de a pie, sigue ignorado.

Hoy, tenemos que trabajar por un cambio verdadero en el estado; buscar un gobierno honesto y que responda a la gente; que dedique sus recursos a atender los problemas de la ciudadanía y no los lujos de los funcionarios; que se integre con gente honesta; que se haya formado en los principios de la izquierda y los valores de la honestidad, sin aprender las prácticas del pasado.

Necesitamos que se hable de Guerrero en todo el país, por las virtudes de nuestro estado y no por las fallas de nuestros gobiernos. Que volvamos a la palestra nacional e internacional como un destino turístico de clase mundial, y no como un ejemplo de pobreza o inseguridad.

 

Guerrero puede ser el lugar que soñamos y merecemos todos; el sitio donde los anhelos de nuestra gente sean alcanzables; donde no le quedemos a deber a los ciudadanos.

Guerrero puede y tiene que ser mejor. Y a construir ese proyecto dedicaré mi vida, como lo he venido haciendo hasta ahora.