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Primer avance del 2024: el cierre de las pre campañas

por Felipe León López
24-01-2024

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Este 2024 es un año evidentemente político-electoral, por donde quiera que se le mire todo está impregnado de aroma de camisetas partidistas bien sudadas y la adrenalina de la disputa por el poder, del control de nuestros destinos como ciudadanos y como país.

 

Un proceso complicado, uno más, como cada seis años viene ocurriendo desde 1928, cuando creíamos haber superado la guerra civil y desterrado las dictaduras. Más de un siglo de vida institucional que parece repetir vicios y desconfianzas y que, sin embargo, seguimos unidos en este territorio aunque polarizados como siempre, entre buenos y malos, liberales o conservadores, reformadores o dinosaurios, y, hoy, estamos en otro capítulo más de la disputa por el poder presidencial porque quien ocupa la silla del águila es quien puede marcar los procesos de transformación de nuestra nación.

 

Es la política, como decía el influyente pensador y comunista italiano Antonio Gramsci: la política no se trata sólo de ocupar instancia de la administración o de tener el mando desde arriba, sino que se trata de tomar las riendas completas de las dimensiones transformadoras de una formación social o de las relaciones entre formaciones sociales. Es decir, la política como gobierno, son fuerza y coerción, son historia y vida, hegemonía y  consenso; el equilibrio entre sociedad política y sociedad civil.

 

Y en México, eso es lo que estamos viviendo. Hay tres candidaturas en abierta disputa por el poder presidencial, pero sólo dos auténticas representantes de intereses distintos, aunque no tan diferentes, que buscan construir sus propios bloques históricos, sus propias hegemonías, a partir de un mismo origen: el movimiento armado del siglo pasado.

 

Si quisiéramos hacer una síntesis de lo que significó el periodo de las mal llamadas pre-campañas podrían resumirlo así:  Xóchitl envuelta en la bandera de que todo tiempo pasado (del PRI-PAN-PRI) fue mejor y hay que regresar al pasado inmediato, así haya sido reprobado. Claudia apostando todo por el todo, así sea el más repudiado pragmatismo por darle continuidad al segundo piso de la cuarta transformación y el caso de Jorge Álvarez Máynez, siguiendo la línea de fosfo-fofo sigue haciendo comerciales en lugar de campaña política.

 

El domingo 14 de enero concluyó la pre campaña de Bertha Xóchitl, la cual tuvo tan buena convocatoria que sorprendió a los mismos organizadores, pues si algo hizo que luciera fue el arribo de ciudadanos sin partido a brindarle su apoyo. Por otro lado, el 18 de del mismo mes la de Claudia Sheinbaum, en lo que se espera sea un gran mitin en el monumento a la Revolución se prevé un mensaje que refuerce los ejes rectores del “segundo piso de la Cuarta Transformación” y una demostración de músculo que deje evidencia de por qué es la candidata más fuerte. Del candidato naranja no sabemos si hará un acto masivo o un gran anuncio cómico-musical.  

 

¿Cómo cierran y qué cosecharon en este largo periodo de pre precampañas? Hagamos un recuento:

 

Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz de “Fuerza y Corazón por México”, pasó de la irrupción como fenómeno de las redes sociodigitales, acumulando más de 80 millones de menciones en una semana y quien despertara la esperanza de una candidatura opositora única y fuerte, de julio a diciembre de 2023 se fue desinflando: a nivel de redes tiene un promedio de 30 millones de menciones semanales frente a los constantes 62 millones de Sheinbaum y sus cronistas y promotores pasaron de la euforia que le dotaba de atributos extraordinarios a la crítica por la poca solidez de su perfil populachero y los llamados a cambiar de estrategia y de equipo de campaña.

 

A pesar de todo, de tener encima el aparato de Estado y de gobierno, del dedo presidencial y del equipamiento de propaganda y contrapropaganda dirigida desde la presidencia de la República (como lo hicieron tanto el PRI como el PAN en su momento), el peor lastre que tiene son los cuadros y dirigentes partidistas tan incómodos como “Alito” Moreno o Marko Cortés; de apoyos de figuras impresentables como el matrimonio Calderón Zavala, de Vicente Fox, de Roberto Madrazo o de los editorialistas identificados con el salinismo, el foxismo, el peñanietismo, Xóchitl encarna a la única oposición real y que, si acaso lograra sacudir su estrategia, como se observó el domingo, tendría que trabajar más en atraer a todos los ciudadanos inconformes con la llamada Cuarta Transformación que en este justo momento se ubican entre los indecisos. Es decir, Xóchitl debe pensar en ganar la presidencia y no sólo jalar votos para que el PRIANRD logren posiciones en el Congreso y la desechen pasado el proceso electoral.

 

Claro, tendría que trabajar a fondo para hacer un análisis preciso de lo que representa apelar a íconos derrotados del pasado (como el NAIM) y a aceitar más la crítica con la propuesta a la insensible política de seguridad pública, de salud, de educación y de respeto a los derechos humanos de las víctimas. Sí, hubo buena retórica, al retar a Claudia Sheinbaum a debatir.

 

En el caso de Claudia Sheinbaum, de la coalición “Sigamos haciendo historia”,  debe reconocerse que se ha mantenido constante en su posicionamiento de encuestas, con más de 20 puntos de ventaja, aunque no haya crecido más. Se mantiene firme, constante y difícil de derrotar porque, prácticamente, la oposición ha brillado por su ausencia. De mantenerse así, Claudia ganaría por default.

 

A lo largo de los meses, el discurso y oferta política de Sheinbuam han sido los mismos: la continuidad de la 4T y de hacer cambios constitucionales según lo ha pensando el actual presidente Andrés Manuel López Obrador. Y esto que es su principal valor, también es la principal crítica porque no ha querido dar pautas que la diferencien, que ella representaría un proyecto mejor y más preparado a lo que ha sido el lopezobradorismo. Quizá no sea el momento, pero mientras la autocrítica a los gobiernos morenistas no se haga sentir, el universo de ciudadanos que desconfían de su proyecto podría crecer.

 

En lo cual no ha estado exenta de críticas ha sido el  pragmatismo galopante con el único fin de ganar la mayoría absoluta: 334 diputados federales y 85 senadores, además de controlar a la mayoría de los congresos locales. A pesar de la experiencia de las Lillys Téllez o Germanes Martínez, el que hoy priistas, panistas, verdes, pesistas y otros cuadros se suban al camión de Morena parecen más enfocados a desdibujar la oferta transformadora que a ayudar a las reformas constitucionales tan deseadas por AMLO.

 

Los principales obuses al desempeño de Claudia, curiosamente, vienen de ex funcionarios federales, como Sanjuana Martínez, de legisladores y gobernadores morenistas envueltos en escándalos y mala reputación, pero también del protagonismo del presidente López Obrador, pues, según los propios estudios de analitycs sociodigitales los negativos de él pasan a Sheinbaum y el paquete de reformas anunciadas para el 5 de febrero no es otra señal de que quiere seguir siendo el protagonista de la historia de la 4T ahora y después de su sexenio.

 

Finalmente quisiéramos abordar el caso de Álvarez Máynez, pero tan tropezada y errática ha sido la estrategia de Dante Delgado que no sólo dividió a Movimiento Ciudadano entre dos grupos que parecen irreconciliables: Jalisco y Nuevo León, sino que la estrategia fosfo-yawui parece destinada al fracaso y a la declinación por alguna de los dos candidatas fuertes.

 

+ La disputa por la CDMX: Taboada y los poderes fácticos…  La disputa por la Fiscalía de la Ciudad de México no es asunto menor. La embestida clasista y descalificadora hacia Clara Brugada tampoco es ajena. El candidato del PRI-PAN-PRD también parece ser de las mafias del crimen que se disputan la capital del país: cárteles inmobiliarios, narcomenudistas, extorsionadores, tratantes de personas y ahora hasta una red de explotadores de migrantes. Como un reto “de originalidad”, Santiago Taboada se instaló en la zona netamente brugadista, entre las colonias Ejército de Oriente y la Renovación, en una región conocida como “la pequeña Colombia”, donde, según fuentes de inteligencia, tendrían sus reales los hermanos Cuauhtémoc y Norma Gutiérrez. En las reuniones que han sostenido tanto en Iztapalapa, Iztacalco y Tláhuac, no sólo se han destacado por la coacción de haitianos y otros migrantes necesitados de un empleo, sino de integrantes del  crimen organizado del cual daremos más detalles en una próxima columna.