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¿A quién le estorba Omar García Harfuch?

por José Luis Camacho
01-04-2025

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José Luis Camacho Acevedo


La dramática escena en la que el crimen organizado atentó contra la vida de Omar García Harfuch, siendo el encargado de la seguridad pública de la CDMX, marcó, como lo ha sido en el caso de mi compañero Ciro Gómez Leyva, la sospecha que desde el interior del  gobierno, que entonces encabezaba Andrés Manuel López Obrador, la connivencia entre el poder y los criminales era una realidad inobjetable.

Una complicidad creciente como la de, por citar los casos más casos más emblemáticos, gobernadores como Rubén Rocha Moya, Alfonso Durazo y el descuido de la mandataria de Baja California, María del Pilar Ávila Olmedo.

García Harfuch ha sido una pieza clave con sus acciones contra las bandas criminales, para que, tácitamente, se establezca la primera gran diferencia entre los conceptos que tienen para gobernar Claudia Sheinbaum Pardo y AMLO.

Los golpes que han dado recientemente contra los megahuachicoleros, son acciones diametralmente diferentes entre el actual gobierno federal y el que le precedió.

Entre las reglas inobjetables del arte de gobernar que señala el Cardenal Mazarino, es la que dice cómo se debe tratar a un personaje que se comprometió de más en asuntos punibles, pero que aún conserva una fuerte condición de respuesta a lo que puede considerar que son ataques en su contra.

La serenidad y la paciencia que la Doctora Sheinbaum Pardo ha convertido en divisa de su estilo personal de gobernar, diría el clásico Daniel Cosío Villegas, no solo es aplicable al impredecible Donald Trump, sino que también funciona en el trato que la presidenta debe dar a un personaje que se niega a salir, porque fuera sería muy vulnerable, del juego de la política y el poder.

La pregunta ¿a quién le estorba Omar García Harfuch? Tiene dos respuestas inmediatas: primero a sus enemigos por los golpes que ha asestado al crimen organizado, y segundo, al segmento de contrarios a Claudia Sheinbaum que tienen una presencia muy fuerte en la estructura de gobierno que advino con el triunfo electoral de Morena en 2018.

Ni Claudia ni Omar son políticos que se chupan el dedo.

Ambos saben bien a qué ambiciones políticas le están estorbando.

EN TIEMPO REAL.

1.- El acucioso periodista guanajuatense Arnoldo Cuéllar, en un trabajo conjunto con Kennia Velázquez, denuncia de manera frontal como es su estilo que: Un manejo discrecional de millones de pesos públicos y privados, mal servicio y sobreprecios como proveedora del gobierno, son las marcas que va dejando la arrendadora GTO Leasing Services, creada por el instituto de Seguridad Social del Estado bajo una idea de su exdirector y actual presidente del consejo directivo, el secretario de Finanzas Héctor Salgado Banda.

La cuestionada empresa GTO Leasing Services, creada por el Instituto de Seguridad Social del Estado de Guanajuato, vivió un tobogán de inversiones y retiros millonarios en la recta final del gobierno de Diego Sinhue Rodríguez, todo oculto bajo la justificación de tratarse de una empresa “privada”, pese al empleo de recursos provenientes de las pensiones de la burocracia estatal.

2.- El dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, conocido en el bajo mundo como Alito, se dio un baño de pureza cuando expulsó del tricolor al barbaján de su operador electoral, Manuel Cavazos Lerma, el mismo que cuando era gobernador de Tamaulipas “se metía en una mini pirámide para recargar la pila”, dijo que no era para tanto el intento de violación de Cuauhtémoc Blanco porque la agredida “ni siquiera estaba tan violable”. ¡Pinches militantes del PRI!

3.- El próximo jueves, nuevamente la talentosa comunicadora Yazmín Alessandrini, demostrará su capacidad de convocatoria en el desayuno que con motivo de su cumpleaños habrá de celebrar acompañada de grandes amigas y amigos, como es el caso de la senadora mexiquense Mariela Gutiérrez Escalante.