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#Acapulco en silencio

por Felipe León López
21-11-2023

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Este día el presidente de la República volvió a repetir que levantarán a Acapulco después del desastre provocado por el huracán Otis hace más de dos semanas.

 

La canciller todos los días leemos las respuestas de agradecimiento a los apoyos que han brindado gobiernos de otros países y organismos internacionales que mandan ayuda a Acapulco.

 

Todos los días, algunos secretarios como la de Gobernación y el de SEDATU mantienen sus redes sociales de fotografías sobre el trabajo de reconstrucción que llevan a cabo en el puerto.

 

La gobernadora mantiene la dinámica de selfies para sus redes sociales con su equipo de trabajo y mensajes de agradecimiento al presidente, por supuesto, y a los funcionarios federales.

 

La alcaldesa de Acapulco, por su parte, y después de largos días en que no tuvo acceso a internet, ha estado posteando fotografías de trabajadores del ayuntamiento y ciudadanos en la limpieza y reparación de la infraestructura urbana.

 

Reiteramos: las crisis de esta naturaleza son para medir la fortaleza o la debilidad de los gobernantes, porque ante estas situaciones se valora qué tanto han aprendido de experiencias anteriores y qué tanta altura de miras tienen para colocarse al frente de las tareas de reconstrucción.

 

Por eso es que ningún funcionario federal, estatal o municipal desperdician la oportunidad de aparecer y parecer estar realizando el trabajo que demanda la población afectada. 

 

Y es que el manejo de crisis camina por dos senderos: el impacto social que va generando el o los efectos desatados y, el manejo de la comunicación, en que hay una demanda de información de parte de las audiencias y los ciudadanos, que ante el vacío puede generar olas especulativas o, en falsedades, el efecto tarde o temprano se le revierte a los emisores asignados.

 

Dicho lo anterior es evidente que no se están haciendo las tareas correctas y que la emergencia no ha sido superada. Por el contrario, lo que hemos estado observando desde más de tres semanas es que la información oficial del saldo en daños y decesos fluye a cuentagotas porque hay una grave situación de incomunicación por falta de restablecimiento de los servicios de telefonía e internet. 

 

Y peor aún, cuando se esperaba la sensibilidad de empresas telefónicas éstas están cortando los servicios por falta de pagos a los usuarios en condición de damnificados. Pareciera que hubiera consigna que no se escuche la voz de los damnificados y que las imágenes reales de las dimensiones del destrozo queden en el olvido.

 

La situación en Acapulco y municipios afectados enfrenta varias vertientes críticas, desde la inseguridad, la violencia social, la salud pública, la aniquilación de fuentes de empleo, la lentitud y poca claridad con que han operado los censos de damnificados, además del desdén con que han sido tratados por legisladores federales en el presupuesto federal de 2024.

 

Como lo advertimos, los grupos delictivos han ido posicionándose por encima de las autoridades locales y federales. Los llamados “Dumbos” en Xaltianguis y en Acapulco “Los Rusos”, “Familia Michoacana” en alianza con el Cártel Independiente de Acapulco. Un cóctel delincuencial que controló los saqueos de tiendas departamentales y ahora la reventa de muchos productos de la canasta básica además del huachicoleo. El sobreprecio está a la orden del día y ha provocado que pobladores salgan a las carreteras a pedir ayuda.

 

Otro rubro que la Unidad de Inteligencia Financiera no ha entrado es que hay alertas de organismos antilavado de dinero en el sentido de las obras de reconstrucción, tanto contratadas por los tres niveles de gobierno como de los hoteleros y restauranteros, pudieran ser utilizadas para el blanqueo de capitales del crimen organizado.

 

Los vientos de más de 250 kilómetros por hora en madrugada del 25 de octubre, literalmente, desnudaron a Acapulco y la clase política de Guerrero. Por un lado, repudiables líderes de Movimiento Ciudadano y del ex alcalde de poco prestigio Evodio Velázquez, tratando de lucrar con la desgracia. Y por otro, ciudadanos que han comenzado a colocar pintas y lonas con señalamientos directos a los legisladores guerrerenses que no aprobaron presupuesto especial para la reconstrucción.  

 

Ni qué decir de la gobernadora. Fuentes de primer nivel nos informan que la ausencia de Evelyn Salgado en las primeras horas de la devastación se debió a que salió de la Convención Nacional Minera, celebrada esa noche en el Forum Mundo Imperial, y no se quedó a la cena de honor. Aun sabiendo de la emergencia por Otis se fue en jet privado a una fiesta en Nayarit.  Atrás  dejó a Acapulco a merced de vientos de más de 200 kilómetros por hora y por eso, cuando era imposible regresar, sus ayudantes no sabían qué explicarle a los medios que pedían su presencia. 

 

Incluso, el presidente Andrés Manuel López Obrador, llegó antes a Acapulco que Evelyn, quien después apareció perfectamente maquillada y peinado de salón para tomarse la foto entregando alguna despensa a alguna criatura de Acapulco. 

 

Cifras oficiales sólo reconocen 48 víctimas por Otis, pero las funerarias reportan 350 los fallecidos atendidos.  Otros datos señalan que unos 100 enfermos graves y niños de cuneros del hospital Vicente Guerrero del IMSS, fallecieron al quedar desconectados. Médicos locales denuncian crisis sanitaria en ascenso. Unas 30 embarcaciones sucumbieron al fondo de la bahía, varias de ellas con tripulantes, posiblemente 80, la mayoría aún desaparecidos. 

 

La infraestructura hotelera sufrió daños en el 80 por ciento, unos 18 mil cuartos de hotel quedaron deshabilitados y dos millones de árboles fueron destruidos, mostrando un Acapulco, caluroso, seco y desnudo de vegetación y árboles. Los hoteles millonarios meterán marchas forzadas, pero no tan rápido, como el Dreams, antes Hyatt, alista su apertura para 2027 y solo 30 hoteles en Acapulco abrirán en Semana Santa 2024, si bien les va.

 

Todo ha sido caótico y de mentiras piadosas del gobierno federal. La energía eléctrica en este puerto sigue deficiente y ausente en gran parte. Si no es electricidad como se pueden echar a andar las soldadoras, las cortadoras de canceles para ventanas, las maquinas de carpintería, las bombas de agua para el abasto domiciliario, pero alguien, desde el Centro, desde Palacio Nacional, se opone a que se agilice este servicio básico y se diga que ya CFE “está contigo”. 

 

A más 15 días de que Acapulco fue desnudado por "Otis", los servicios de energía eléctrica y por lo tanto de agua potable, de Internet, telefonía movil, banca comercial y la mayoría de supermercados, están cerrados, destruidos. 

 

La ciudad y puerto que produce el 80 por ciento del Producto Interno Bruto para Guerrero por turismo, requerirá, más de 200 mil millones de pesos para su reconstrucción. 

 

Los peores enemigos de los acapulqueños son legisladores federales de la 4Tque rechazaron un peso más para reconstrucción de Acapulco. Y por si fuera poco, el gobierno federal emitió inexplicablemente el término de la Declaratoria de Emergencia en Guerrero con todo lo que ello significa. 

 

El silencio de Acapulco, como durante el desarrollo de una crisis como la de Otis suele traducirse en la aceptación de los tres niveles de gobierno de que han sido incapaces de estar a altura de las circunstancias y que han rellenado los anuncios de mentiras o verdades a medias. Y es que mientras Acapulco y zonas aledañas sigan incomunicadas, este silencio será un grito estruendoso cuando el llamado de auxilio tenga dimensiones incontrolables, si no se atiende con seriedad el caldo de cultivo que está cocinándose.