Aunque saben que la industria fílmica se ha nutrido al paso de los años con mayor presencia femenina en rubros que antes eran exclusivos para los varones, como el de la dirección, las nominadas al Ariel 2020 en la categoría de Mejor Actriz coincidieron en que todavía existen en el cine mexicano cosas que arreglar para una mayor igualdad con las mujeres.

Hay una gran deuda del cine mexicano hacia la mujer en todos los sentidos, porque la mayoría de las historias son historias de hombres. Sigue habiendo ese cliché de las mujeres. Por ejemplo, si me llaman para la mamá ya me da sueño. Claro que las mujeres podemos ser madres y mil cosas más, pero pareciera que los personajes femeninos no pudieran ser interesantes, como si las mujeres no tuviéramos un lugar en la sociedad, como si no pudiéramos ser profesionistas o madres con una conflictiva particular, como que el sesgo está cargado todavía hacia el lado de la mujer y tenemos todavía un enorme terreno qué ganar”, expresó Verónica Langer, nominada por su papel en Clases de Historia.

La mañana de este miércoles Verónica Langer; Mariana Treviño, nominada por Polvo; Cassandra Ciangherotti, quien compite por Solteras; Flor Edwarda Gurrola, quien recibió la nominación por Luciérnagas, y Giovanna Zacarías, quien nominada por Sonora estuvo presente sólo al inicio de la reunión debido a un compromiso que le impidió estar más tiempo, coincidieron en el hecho de que hay mucho por hacer. 

Las mujeres tenemos que modificar la forma en la que nos percibimos, en las que percibimos nuestras responsabilidades, en cómo si nos convertimos en mamás eso se convierte en una identidad y muchas cosas se dejan de hacer. En términos reales siento que las mujeres cada vez se están dando más cuenta de todo su potencial, todas sus posibilidades y es muy seguro que en paso de los años esto se vea reflejado como el espejo que es el arte”, acotó Ciangherotti.

Asimismo, hablaron de cómo la edad muchas veces juega en contra de las mujeres al convertirlas en “desechables” sin darse cuenta de que ellas puedan contar diversas historias, sumado el hecho de que las mujeres no sólo son las de cuerpos y caras perfectas.

Porque (si no se hace) se empieza a extrañar la particularidad de cuerpos, se empieza a extrañar la particularidad de formas, de expresiones, cómo los cuerpos van adquiriendo la forma de su propia experiencia de lo que han vivido y eso es lo uno también quiere ver”, complementó Treviño.

Durante poco más de una hora, las actrices nominadas hablaron de la gratitud que sienten al ser reconocidas por sus compañeros de la Academia y más en un momento histórico como el que estamos viviendo por la pandemia.

Aseguraron que les ha permitido revalorar su trabajo, el poder trabajar en un set y poder abrazar a todos aquellos que detrás de cámaras hacen posible que un proyecto salga adelante.

De igual manera hablaron de la importancia de tener un buen guion y un buen orquestador detrás de cámaras, así como algunas anécdotas que vivieron durante el rodaje de sus respectivos proyectos, como en el caso de Mariana Treviño, quien contó que usó unos huaraches que se encontraron en la casa de los abuelos de José María Yázpik, el director de Polvo, o el que Cassandra Ciangherotti haya ido a una casa que fabricaba vestidos de novia para darse cuenta de que dicho lugar era visitado a la semana por 200 mujeres que buscaban casarse.