Por primera vez, la capacidad hospitalaria en Michoacán tiene un pequeño respiro. Sin embargo, no significa que la entidad haya librado la pandemia de COVID-19, más cuando el 65 por ciento de los contagios se dan en fiestas familiares y reuniones sociales que están prohibidos por decreto.
Silvano Aureoles Conejo, gobernador de Michoacán, documentó que las defunciones han disminuido en la última semana registrándose 160, cuando en la última semana de enero fueron 230. La entidad fue reconocida por el Gobierno de México como uno de los estados por el buen manejo de la pandemia. “Me han recordado el 10 de mayo por miles, pero prefiero eso a que haya sido omiso”.
Menciona que el Hospital General “Dr. Miguel Silva” de estar saturado las 130 camas, hoy hay 85 en esta situación.
“Empezamos a respirar, pero es gracias a las medidas, aunque la gente se enoje y desespere (…), ocupamos que nos ayuden los municipios, que haya disciplina en la sana distancia porque el 65 por ciento de los contagios se dan en las fiestas familiares; uno asume que en las fiestas no pasa nada, pero sí se contagia la gente, sobre todo en los XV Años, bautizos. Los niños y adolescentes son asintomáticos”, agregó.