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Acuerdo 4T-IP anticrisis, hasta no ver

por Jesús Sánchez
07-09-2020

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Jesús Sánchez

 

Hay que reconocerle al líder de los empresarios, Carlos Salazar Lomelín su paciencia casi de santo, pues a pesar de que lo han bateado no sabemos cuantas veces en las oficinas de Palacio Nacional, ha aguantado vara.

 

Aunque dicen que perdió el charm de la interlocución con la 4T, Salazar tiene la esperanza de que ahora sí habrá acuerdo con el gobierno para reactivar la economía. Mmmm.

 

Dimos este rodeo para decir que la idea de un plan, acuerdo o compromiso nacional para enfrentar la crisis de salud y reactivar la economía parece afectado por el mal de ojo, porque cuando está a punto de lograrse nomás no cuaja.

 

Este martes el gobierno federal enviará al Congreso la iniciativa de Presupuesto de Ingresos y Gasto para el año 2021, el cual perfila que seguirá el patrón de la austeridad, acentuado por los tiempos pandémicos.

 

Dicen que no habrá nuevos impuestos y que los ajustes en los precios de la gasolina y la luz no irán más allá de la inflación esperada.

 

Y ojo, podrá no haber dinero para temas básicos pero no se recortarán ni por equivocación los programas claves en este año electoral, como las becas, las micro pensiones así como los recursos para Pemex, la CFE, Dos Bocas y Santa Lucía.  

 

En este contexto esperamos conocer otro decálogo contra la crisis económica, prometido hace unas semanas por la dirigencia de Morena y el sector privado. Pero como puede que sí, puede que no.

 

Ustedes han de perdonar la desconfianza, pero la verdad es que no podemos creer en nada hasta no verlo.

 

Del encanto al desencanto

 

Este es un apretado resumen de buenas intenciones que no llegaron a nada.

 

Después del shock de la cancelación del NAIM, el 26 de noviembre del año pasado los salones, patios y pasillos de Palacio Nacional se iluminaron con rostros felices por la expectativa de relanzar programas de inversión en infraestructura entre el gobierno y la IP. Todavía no enfrentábamos la pesadilla de la pandemia.

 

El eje sería, como sabemos, Dos bocas, Santa Lucía y el Tren Maya.

 

Échele cuentas. Entonces se habló de mil 600 proyectos de inversión en infraestructura prometidos por el pastor Alfonso Romo quien insistía; “este acuerdo no es un evento político, es compromiso real”.

 

Era como un sueño pues se hablaba de proyectos por 42 mil 951 millones de dólares, unos 858 mil millones de pesos. La verdad es que no supimos de dónde salió la cifra de los mil 600 proyectos.

 

Los temas de las inversiones en Salud y Energía se dejaron para enero del 2020.

 

En realidad, la inversión venia cayendo desde antes pues en febrero del año pasado cayó 10.2 por ciento. Eso parecía no importarle a nadie en Palacio

 

El 13 de febrero ocurrió en Palacio la célebre la reunión de “los toficos” donde se sirvieron los tamales de chipilín más caros de la historia a cambio de comprar cachitos para la rifa del avión.

 

Y que llega la méndiga pandemia. El 19 de marzo el CCE le propuso al gobierno un decálogo para evitar el desplome de la inversión. No le hicieron caso.

 

Sin tomar en cuenta al gremio empresarial, en la primera semana de abril el Presidente se comprometió a crear 2 millones de empleos en nueve meses, reforzar los programas sociales y otorgar créditos como parte de un plan básico para paliar la crisis del COVID-19, mismo que fue recibido con escepticismo.

 

Tres meses después del confinamiento, en junio, el presidente de la República presentó su propio decálogo para salir a la calle y recuperar la libertad. Hoy seguimos en semáforo naranja.

 

En la primera semana de mayo, luego de intensas mesas virtuales de análisis, los empresarios lanzaron el documento 68 ideas para reactivar la economía, que a la fecha sigue guardado.

 

Frente al discurso de ya comenzamos a ver la luz al final del túnel, en mayo la inversión fija bruta cayó al 38.4 por ciento.

 

Paralelamente 11 gobernadores de la Alianza Federalista propusieron ante la CONAGO ir a una Convención Nacional Hacendaria para revisar el actual pacto fiscal.

 

La respuesta del gobierno federal fue salomónica; que los gobernadores se pongan de acuerdo para cambiar el esquema de las participaciones y si lo logran “yo no me opongo”. Y si no, pues no.

 

Estamos a la espera de un nuevo plan de recuperación, seis meses después del confinamiento. Para qué ilusionarse, lo que más escasea en estos tiempos es la confianza. Por eso, ver para creer.

 

Columnómetro de Aquiles Baeza.

 

1.- Fue tanta la vehemencia con la que @lorenzocordovav actuó para negarle el registro al partido de los Calderón, que parecía que era por encargo. Carlos Ferreyra retoma la conclusión sabia de Gerardo Galarza: "A México Libre lo registrarán sin duda y dejarán con el trasero descubierto a los comisionados."

 

2.- En el caso de Fuerza Social por México, ligada al líder sindical minero Pedro Haces, esta organización cuestionó duramente la ausencia de ética de los consejeros y pidió a los tribunales rectificar las resoluciones de quienes han "torcido" la ley. Órale.

 

3.- Las 16 alcaldías de la Ciudad de México determinaron suspender las celebraciones por el Grito de Independencia. Entonces no habrá verbenas, tampoco la pirotecnia de la noche. También se suspendió el mega simulacro del 19 de septiembre. ¿Y qué dicen en Palacio Nacional?

 

4.- Este lunes los gobernadores de la Alianza Federalista definen si permanecen o no en la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO) que dicen ya no sirve para nada.