A Ricardo Monreal no se le puede regatear malicia ni habilidad políticas. Es un sobreviviente y ahora, por mérito propio, está en la antesala de la candidatura presidencial. Se ha ganado el aprecio de los senadores, incluso de quienes no son de su partido, y ha tejido una alianza territorial como nadie. Los duros en Morena no lo quieren, pero le temen. No está en la estima del presidente López Obrador. El mandatario tendrá sus razones.
Monreal ha mantenido una línea de apoyo en lo fundamental al Presidente y de desafío en cuanto a la sucesión presidencial. Los intereses en su entorno anticipan una inercia hacia la disciplina no hacia la ruptura. Pero todo es posible y la ambición juega su parte. Su apuesta ha sido una elección primaria en lugar de encuesta. La tiene muy difícil a pesar de lo razonable o la validez de su postura. A contrapelo de la incertidumbre y de la adversidad, todo va bien con el líder del Senado. El apoyo a Santiago Nieto es el primer desliz de Monreal. Se ha metido en un terreno sin la información suficiente sobre las razones de la remoción del titular de la UIF. El tema no fue una boda, ni siquiera un escándalo de terceros invitados; el asunto es sobre la deslealtad, la traición a la causa. Corresponde al Presidente y solo a él, el perdón o la generosidad.
El caso se presta a especulación porque el quehacer de la UIF es en la penumbra. El protagonismo, la ambición y la frivolidad de Santiago Nieto concurren para pensar en un caso más grave que el percibido. Santiago Nieto, por la discrecionalidad con la que operaba inspiraba miedo a propios y extraños. Era el funcionario más poderoso del régimen. Desde la UIF se puede acceder a toda la información bancaria de cualquier persona. Muchos pueden tener en orden su situación financiera o patrimonial, muy pocos la de su familia, la de sus socios, la de sus cercanos. Todos son vulnerables ante un investigador sin escrúpulos, sin límites y, aparentemente, con todo el apoyo presidencial.
Sin la UIF Nieto pasa a la condición de acusador a potencial acusado. Algunas de las decisiones de bloqueo o desbloqueo de cuentas no pasan por el prisma de la legalidad, como advertirá Pablo Gómez. La filtración de información, una de sus debilidades, o la indebida integración de investigaciones, también pueden ser documentadas por su némesis Alejandro Gertz Manero, quien ahora se ve fortalecido y quien puede probar documentadamente, la falta de rigor de las indagatorias promovidas desde la UIF, si no es que la ilegalidad de su desempeño.
Efectivamente, Santiago Nieto puede pasar a la condición de acusador acusado no por el enojo presidencial, sino a partir de la estricta valoración de su trabajo en la UIF por su sucesor y por el fiscal Gertz Manero.
El ex titular de la UIF no solo requiere de la venia presidencial para efectos de ganar impunidad por sus propias faltas. Sobre él pesan amenazas de criminales, abiertamente del CJNG. Si hubiera generosidad, el exilio diplomático sería su mejor destino. Si Monreal o cualquiera deseara ayudarle, esa sería la ruta. Federico Berrueto
