Las aguas vuelven a su cauce.
Claudia Sheinbaum estuvo en Monterrey y pronunció un discurso conciliador e incluyente con el que resolvió las controversias en las que habían entrado el titular de Gobernación, Adán Augusto López Hernández y el frívolo del mandatario neoleonés Samuel García a propósito de la eficacia de las policías estatales y municipales.
Apenas unas horas después de que Samuel García presumía la eficacia de su policía estatal, ocurrió una masacre en Monterrey en la que murieron seis personas, entre ellas un ex mando policíaco.
La realidad, necia como es, se le volvió a aparecer al gobernador de Nuevo León.
Como en el caso de Claudia Sheinbaum en su visita a Nuevo León, es evidente que el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene en su gabinete operadores políticos eficientes.
Pero los mandatarios y los legisladores de oposición insisten en asumir una actitud sistemática de descalificación a todo lo que hace el gobierno federal.
Gritos y pancartas en los recintos legislativos, así como agresiones al presidente López Obrador que provienen más del odio y del resentimiento que del análisis objetivo de la realidad.
Por supuesto que no estamos afirmando que el gobierno de la 4T sea perfecto y que no existan errores en las acciones de varios de los integrantes del gabinete.
Ese es el contexto lamentable del actual debate político en México.
El ejemplo más evidente de la descomposición del debate nacional es, sin duda, Samuel García, gobernador de Nuevo León, un personaje que basa sus estrategias de posicionamiento para buscar la candidatura presidencial, imitando lo que hace su esposa en las redes sociales.
Después de que el secretario de gobernación Adán Augusto López Hernández, acusara al gobernador de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda, de “hipócrita y egoísta” por no apoyar el proyecyo de incrementar la seguridad pública del país, los “defensores”, partidistas y de medios de comunicación, del respeto a la soberanía de los estados se rasgaron las vestiduras.
En las primeras planas de El Heraldo de México durante toda la semana que termina, se destacaron los temas que abordan graves problemas que afectan el presente y el futuro del país.
De ninguna manera el diario propiedad de Ángel Mieres y dirigido con mucho olfato periodístico y político por Franco Carreño, han dejado de publicar que el también el de la seguridad pública es un problema de urgente resolución.
Pero El Heraldo de México ha mantenido una línea objetiva, respetando el interés de sus lectores y no ha caído en el amarillismo que muchos medios hacen solo de dos temas: el crimen organizado y sus punibles acciones; y lo que padece la economía de nuestro país, al igual que la sufren en todo el mundo.
Al correo del redactor de estas notas han llegado de Monterrey comentarios de empresarios y comunicadores diciendo que hacía falta que alguien le dijera, con todas sus letras, al mandatario neoleonés, lo que verdaderamente representa para una entidad tan importante como la norteña gobernar basado en la frivolidad.
Por otra parte Ricardo Monreal, en el pleno de la cámara de senadores, hizo una defensa puntual y valiente del secretario de la defensa nacional ante los cuestionamientos, todos fuera de tiempo y lugar, que le hacían los opositores de oficio.
Marcelo Ebrard se dedicó a seguirle la pista a los diplomáticos de Estados Unidos para poner las cosas en su lugar cuando se refieren al T-Mec o a la migración. Ebrard está pendiente de que lo que está ocasionando Estados Unidos con el regreso de venezolanos a México, concretamente a Tijuana y Ciudad Juárez, no se convierta en una discusión política con los vecinos del norte.
Las amenazas del violento juez Arpaio de Arizona al Canciller mexicano no son más que unas de sus tretas intimidatorias para justificar su actitud inhumana ante los inmigrantes desde hace ya más de 30 años.
Y el propio presidente López Obrador, en su ya muy conocido estilo, dijo que el debate es necesario para que se mantenga viva la atención de los mexicanos en los problemas nacionales. De otra suerte, dijo el mandatario, se van a aburrir, e incluso a dormir.
Sin duda que el país tiene grandes problemas en varias latitudes, pero lo cierto es que se están haciendo esfuerzos que superan los realizados en otros países.
Es necesario para avanzar en la solución de nuestra problemática, que los opositores dejen de dramatizar la política como estrategia de sus ambiciones electorales en el futuro que ya se viene.