Si tenemos en cuenta toda la explicación de lo que sucede en nuestro cerebro al enamorarse o al sentir gusto por alguien se pensaría que no, afirma la Psicóloga clínica, Paloma Carvajalino.
Cuando se habla de emoción, culturalmente suele relacionarse con el corazón. Pero, las emociones son un proceso cognitivo, y tienen un procesamiento cerebral que produce toda la sintomatología que generan ciertas sensaciones físicas, que es lo que se puede identificar como amor.
Según, Paloma, “en una en una perspectiva muy idílica y desde el romanticismo se podría pensar que sí, pero claramente el amor es un despliegue de sustancias químicas activadas en ciertas zonas cerebrales que terminan generando sensaciones físicas que conocemos como amor”.