José Luis Camacho Acevedo.
Con el desparpajo que lo caracteriza, hace unos días leí una nota en la el presidente López Obrador decía, como si no pasara nada, que el Tren Maya costaría más de lo que inicialmente le habían informado.
¿Quién y porqué le pasaron información falsa sobre el costo del proyecto apenas semanas antes de que se cambiara de responsables de la obra y asumiera el control del Tren Maya Javier May, a quien se nombró en enero del pasado año titular del Fondo de Fomento al Turismo?
Las veces que el presidente declara en las mañaneras con desinformación o en base a datos falsos que le proporcionan sus colaboradores, ya son tan frecuentes que causan preocupación por las consecuencias que ello pudiera tener.
Un caso muy sonado fue que, sin informarle, o informando con mentiras, se lanzó en contra del Ing. Cuauhtémoc Cárdenas por haber participado en el Colectivo por México (una argucia que se le descubrió de inmediato al taimado de Dante Delgado) cuando el reconocido líder moral de las izquierdas mexicanas ni siquiera había asistido al evento organizado a trasmano por Movimiento Ciudadano.
Y menos el colmilludo político michoacano se dejaría llevar en una tramposa aventura que tenía como finalidad afiliar a intelectuales, empresarios y comunicadores en un movimiento por la democracia que hiciera a Movimiento Ciudadano una organización más fuerte y representativa que Va por México del PRI, PAN y PRD.
Ahora el presidente, con el desparpajo que mencionamos al principio de estas notas, dice que “no es enemigo del Ing. Cárdenas”, que es su “adversario” solo porque no coinciden en sus puntos de vista políticos fundamentales.
Y otra vez volvemos a la pregunta: ¿Quién o quiénes no le informaron al presidente que Cárdenas Solórzano nunca le hizo el juego a Dante Delgado y su mascarada de Colectivo por México?
Al presidente no le estarán mintiendo en relación a los tiempos y costos de la refinería de Dos Bocas; ¿o de la disponibilidad de recursos que tiene el gobierno para seguir adelante con sus programas sociales; o con las cifras de la violencia que no para en todo el territorio nacional; o de las duras y diarias patadas bajo la mesa que se tiran sus “Corcholatas” Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal?
Por el bien del país, esperamos que el presidente se deje “engañar” por sus colaboradores para calar su eficacia y lealtad y tomar en base a ello las decisiones claves que tiene que arrogarse en lo que resta de su sexenio.
Si no es así, como dijera el cura del pueblo: ¡Que Dios nos coja confesados!