Ante la amenaza que para ellos representa la acumulación de tropas rusas en las fronteras de Ucrania, varios países han mostrado la voluntad de movilizar artillería.
Mientras que Reino Unido optó por entregarle armas a Kiev, Washington, que lo hace desde hace tiempo, le dio luz verde a Estonia, Letonia y Lituania para que hicieran lo mismo con su armamento estadounidense.
Al mismo tiempo, las autoridades de Alemania, la economía más grande del continente europeo, causaron irritación la semana pasada al negarse a otorgarle una licencia de reexportación a Estonia para que enviara a Ucrania artillería de origen alemán.
La decisión fue criticada por el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, quien calificó la postura como "decepcionante" en Twitter y acusó a Berlín de "fomentar" una agresión rusa.
La negativa de Berlín pone de relieve una divergencia clave dentro de Europa y muestra que el continente no tiene una visión clara sobre cuál es el mejor método para disuadir a Rusia de volver a invadir el segundo país más poblado de Europa del Este.
Esta división es vista por el Kremlin como una ventaja.
"Siempre es una ventaja si tus adversarios no están completamente unidos", le dice a BBC Mundo Jeremy Shapiro, director de investigación del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores con sede en Berlín.
"Estados Unidos y Europa no tienen una respuesta común, y el caso de Alemania es un buen ejemplo", añade.
La semana pasada, Reino Unido prefirió que los aviones de sus fuerzas armadas evitaran el espacio aéreo alemán y tomaran una ruta más larga, vía Dinamarca, al transportar las armas antitanques destinadas a Ucrania.
Aunque el viaje tomaba un par de horas más, le permitió a Londres ahorrarse el tiempo que supondría pedirle permiso a Alemania, un trámite que probablemente habría retrasado la misión mucho más.
Jeremy Shapiro destaca que Europa tampoco está completamente desunida respecto a Rusia y que las divergencias son leves, pero "la cantidad de desunión" que han mostrado es sin duda "celebrada" desde Moscú.