Marcelo Ebrard entregó muy buenos resultados al presidente López Obrador después de la reunión de Alto Nivel en materia de seguridad que sostuvo en Washington con sus pares norteamericanos.

Un negociador duro como Antony J. Blinken trató de imponer agenda en la mencionada reunión bilateral. Para el Secretario de Estado del vecino país, los temas prioritarios eran la droga que les llega de México, concretamente el fentanilo, y que ha ocasionado ya muchas muertes por sobre dosis entre los consumidores estadounidenses del enervante.

El otro tema que Blinken pretendió presentar como “preocupante” para su seguridad fue el hackeo que sufrió el Ejército Mexicano.

Más delicado para EU que el publicitado Hackeo, es ahora para Estados Unidos el inmediato futuro del ex presidente Donald Trump, involucrado en el fallido asalto al Capitolio y que ahora los jueces van a tratar de mandarlo a que se someta a rigurosos exámenes psiquiátricos.

Ebrard puntualizó, diplomacia de por medio, obviamente, a Blinken que las organizaciones criminales mexicanas reciben armas y municiones producto del laxo control (tráfico en pocas palabras) que se tiene de la venta de ese arsenal. Y con ese poder controlan y corrompen el tránsito del Fentanilo que llega a los Estados Unidos.

En fin, un círculo vicioso que se inicia con la fácil y permisible introducción de artefactos de verdadera guerra a las organizaciones criminales mexicanas. El hackeo al Ejército fue pasto unos días de los ya muy conocidos y repetidos críticos antiAMLO, episódico evento, como será también en unos días el artificial escándalo que han tratado de construir esos francotiradores que tiene el tabasqueño con el texto de Elena Chávez (tal vez un corazón que aún no supera su separación sentimental de César Yañez) titulado en un corriente spanenglish, El Rey del Cash.

Lo trascedente es que unas horas después de la visita de Ebrard a EU, México logró que los Estados Unidos, por decisión del presidente Biden, declaren que NO PRESENTARÁN SOLICITUD PARA CELEBRAR UN PANEL DE CONTROVERSIAS CON TEMAS DEL T-MEC QUE PUEDAN AFECTAR ARANCELARIAMENTE A NUESTRO PAÍS.

Sin duda, presintiendo esos sucesos, el presidente Andrés Manuel López Obrador debió estar, y debe estarlo todavía, de buen humor.

Y una prueba de ese estado de ánimo positivo es la puntada que tuvo el hombre de Macuspana de sacar a balcón, unas horas antes de conocer los resultados positivos obtenidos en EU, una lista de “corcholatas” de la oposición donde hasta bromeó con la inclusión de nombres que de verdad sí son personajes de la carpa, pero no del elenco sucesorio de la primera magistratura.

¿Precandidatos Chumel, Loret, el veteranazo de Demetrio Sodi, Pedro Ferriz de Con, Fernando Canales, Gabriel Quadri, Gilberto Lozano o Gustavo de Hoyos?

La verdad tienen más posibilidades el papá de Checo Pérez o el Hijo del Santo, junto con los Mascabrothers o Alfredo Adame.

A Claudia Sheinbaum le correspondió darle cariño a la defenestrada Tatiana Clouthier.

Y la corcholata reconocida por fin por el Presidente, Ricardo Monreal, se destapó con una declaración que debió sonar a música celestial para los oídos de AMLO.

Dijo el zacatecano: AMLO ya me reconoció como uno de los principales aspirantes de Morena a sucederlo, en la Presidencia de la República de 2024.

Por si fuera poco, durante el informe de actividades del senador Adolfo Gómez Hernández, el gobernador electo de Oaxaca, Salomón Jara Cruz, respaldó a Monreal, además de que reconoció su trabajo como coordinador de los senadores de Morena y su labor para consolidar a la Cuarta Transformación, como fundador que es del movimiento.

Monreal, zorrunamente, insiste en que él es el arma secreta del Presidente.

Que aunque no lo mencione reiteradamente el mandatario como a Marcelo Ebrard, a Claudia Sheinbaum o Adán Augusto López Hernández, no es señal de una marginación y menos de que para el jefe de los senadores represente un piso disparejo.

Monreal reitera que él es el hermano pródigo de López Obrador, aquel que no ha recibido la herencia por anticipado de Palacio Nacional.

El coordinador parlamentario de Morena reiteró que es un hombre de fe, que cree en Dios y que les ganará a las llamadas corcholatas:

“Yo le agradezco mucho al Presidente que me haya mencionado como un aspirante legítimo a sucederlo; eso ya es mucho para mí, porque antes no lo aceptaba”.

“Y ahora que me menciona, me siento tranquilo y contento”.

Monreal acepta que hace falta que el partido fije reglas claras para designar al candidato.

Así, para AMLO y sus más cercanos colaboradores, la semana que termina puede considerarse como un muy buen Mexican Moment.

Eso sí, sin echar las campanas al vuelo porque todavía falta mucho terreno que recorrer y sucesos de importancia que habrán de vivir los presidenciables de Morena.

POR JOSÉ LUIS CAMACHO ACEVEDO

JOSECAMACHO@GMAIL.COM

@JLCA007