El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, explicó que se opone a “prohibir” la venta de comida chatarra en el país después de que Oaxaca limitara la comercialización de estos alimentos a menores de edad.
“No puedo tener injerencia en lo que digan los estados, pero mi opinión va en el sentido de que se oriente, no caigamos en prohibiciones“, expresó el mandatario en conferencia de prensa.
El pasado agosto, el Congreso de Oaxaca aprobó la modificación de la Ley de los Derechos de los Niñas, Niños y Adolescentes para prohibir la comercialización de alimentos “chatarra” y bebidas azucaradas en escuelas a menores de edad.
López Obrador dijo ser “partidario” de que, en lugar de prohibir, “se oriente y se dé información”, y puso como ejemplo las nuevas normas de etiquetado en el país que obligan a la industria alimentaria a alertar en sus productos sobre el exceso de azúcares, calorías, sodio y otras sustancias.
“He dicho muchas veces que no se deben prohibir las cosas, prohibido prohibir. Lo más importante es crear conciencia, orientar para que haya una buena alimentación y que no se consuman productos chatarra”, expresó el presidente.
Asimismo, se opuso a subir los impuestos de la comida chatarra y las bebidas azucaradas porque ello significaría “estar sacando dinero a costa de la salud del pueblo“.
El mandatario subrayó que este tipo de alimentación “no ayuda” a afrontar el problema de diabetes e hipertensión que hay en México, segundo país del mundo en índices de obesidad, aunque aseguró que la comida chatarra no es la que produce estas enfermedades si no “problemas hereditarios“.
Por ello, pidió un “equilibrio entre las empresas que producen estos productos industrializados y la salud del pueblo, poniendo siempre por delante la salud del pueblo”.
A diferencia de lo que expuso López Obrador, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de su Gobierno, Hugo López-Gatell, celebró la medida “sumamente positiva” cuando fue aprobada por el parlamento de Oaxaca.
La Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) de México acusó al gobierno de “satanizar” el azúcar con el nuevo etiquetado de alimentos y arremetió también contra las restricciones a la comida chatarra.
“Pueden afectarse seriamente muchas familias del campo mexicano como resultado de las iniciativas que injustificadamente adjudican al azúcar de caña problemas de salud”, manifestó.