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Amor de verano

por Redacción CCS
15-05-2021

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Todos hemos oído hablar o vivido un amor de verano. Son intensos, pero no suelen durar mucho. Sobre todo cuando tienes entre 15 y veintipocos años. Quien más y quien menos lo ha comprobado, y películas como Dirty dancingEl diario de Noah, han alimentado la leyenda y arrasado en taquilla (¡nos encantan los amores apasionados!), aunque no siempre tengan un final feliz.

Pero en el tema del sexo hay muchos mitos, porque, aunque es cierto que el verano puede hacer que estemos más predispuestos –el cuerpo se destapa, se rompe la rutina, aumenta la sensualidad y tenemos más vida social–, el calor no ayuda, y si estás en familia o tienes niños pequeños lo difícil es encontrar el momento. Además, si miramos las tasas de natalidad a lo largo del año veremos que la actividad sexual está bastante repartida, por lo que la teoría pierde consistencia. Pero ¿qué ocurre con el deseo?, porque no podemos negar que la libido aumenta. ¿Serán las hormonas? ¿los outfits veraniegos? ¿el ver cuerpos de impacto a escasos metros de ti en la playa o en la piscina?, ¿la relajación estival?

La respuesta que, en general, dan los investigadores es que no hay una explicación científica que lo confirme. De hecho, se ha comprobado que en las relaciones de pareja que no están bien romper las rutinas y estar más tiempo juntos no siempre es positivo, sino al revés, porque aumenta los roces y pueden surgir conflictos ocultos, y la prueba es que muchos divorcios se producen justo después de las vacaciones. Por otro lado, en verano se suele estar más tiempo con gente conocida que con gente nueva, a no ser que viajes sola a lugares en los que no conoces a nadie, salgas todas las noches de fiesta o te acabes de separar y tus amigas no paren de darte la lata para buscarte pareja (cosa que, no es por desanimar  pero, en general, no suele funcionar).

Lo que sí es verdad es que el verano se presta al disfrute y a la vida social, y también se dispone de más tiempo para estar con las personas queridas, por lo que es una buena oportunidad para cultivar la intimidad y ‘hacerlo’ más.