La larga era de Angela Merkel, quien dominó la política alemana y europea en los últimos años, llegó a su fin.
Tras 16 años en el poder, Merkel decidió no postular a un nuevo mandato y será sucedida por un gobierno de coalición liderado por el socialdemócrata Olaf Scholz.
Merkel dejará el cargo de canciller de Alemania la semana que viene y participó en una ceremonia militar en su honor, para la que ella misma eligió la música.
En el evento, Merkel instó a la audiencia a "ver siempre el mundo a través de los ojos de los demás".
"Mientras estoy parada aquí frente a ustedes, siento mucho agradecimiento y me siento muy honrada. Honrada por el puesto en el que se me permitió trabajar por tanto tiempo", dijo.
Merkel aseguró que sus cuatro mandatos (de cuatro años cada uno) fueron "años llenos de acontecimientos y, a menudo, muy desafiantes".
"Me han desafiado política y humanamente y, al mismo tiempo, también fueron satisfactorios", señaló.
La ceremonia militar, conocida como grosser Zapfenstreich ("gran tatuaje"), tiene sus orígenes en el siglo XVI y es el mayor tributo que ofrece el ejército alemán a los políticos salientes.
En la velada hubo una procesión con antorchas. Pero lo que más llamó la atención de los alemanes fue la música que Merkel eligió.
La canciller es una apasionada de la música, "principalmente música clásica", según dice ella, y es una asistente habitual al Festival de Bayreuth, dedicado al compositor alemán Richard Wagner.
Así que fue una sorpresa que la cantante de punk alemana Nina Hagen fuera una de sus tres opciones musicales.
Las otras dos piezas fueron bastante tradicionales: una canción popular de Hildegard Knef llamada For Me It Should Rain Red Roses y un himno del siglo XVIII.