Angelina Jolie aprovechó su última intervención pública para señalar algunas injusticias, concretamente sesgos racistas, que ha venido encontrando a lo largo de la última década y en su condición de madre de seis hijos con orígenes étnicos y culturales muy diversos.
Tanto es así, que la exmujer de Brad Pitt ha echado mano de su propia experiencia para explicar cómo determinados diagnósticos médicos, ligados a la misma problemática, han variado sustancialmente en función del color de piel de sus hijos.
Se trata de una forma en apariencia sutil de racismo pero que, para madres como ella, ha terminado manifestándose con demasiada claridad en lo referente a las dolencias cutáneas.
"Tengo hijos de diferentes procedencias y sé por experiencia propia que, cuando todos tienen el mismo sarpullido, este luce de forma completamente diferente dependiendo del color de la piel.
Pero claro, al final los diagnósticos pueden ser muy diferentes, porque el punto de referencia en las tablas es siempre la piel blanca", ha expresado la estrella de Hollywood en conversación con un estudiante londinense de medicina llamado Malone Mukwende.
Por otro lado, Angelina reveló que su hija Zahara, natural de Etiopía, tuvo que someterse recientemente a una operación y que la enfermera no dudó en pedirle que le avisara en el caso de que la piel de la niña adoptara "un tono rosado".