Con un estilo arquitectónico neoclásico se erige en el centro de la ciudad de Querétaro el Teatro de la República, un espacio en el que se proclamó oficialmente el 5 de febrero de 1917, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, documento que se encuentra aún vigente.
Antes de la construcción del complejo, Querétaro carecía de espacios precisos para su promoción, es por ello que en 1845 comenzó la construcción del Teatro cuyo proyecto arquitectónico estuvo a cargo del arquitecto, Camilo San Germán, sin embargo, cuatro años más tarde fue sustituido por el ingeniero inglés Thomas Surplice, quien vio culminada la obra el 2 de mayo en 1852.
Para la inauguración del edificio llamado entonces “Teatro Iturbide” se presentó la obertura "Iturbide" de Bonifacio Sánchez y la obra "Por dinero baila el perro y por el pan si se lo dan”. En 1922 el complejo que inició su construcción con un presupuesto de 4 mil pesos, cambió de nombre a "Teatro de la República".
El Teatro es considerado un ejemplo de vanguardia debido a que resguarda una sala de espectáculos y un vestíbulo de acceso que se relacionan entre sí de un modo poco convencional, es decir, los ejes de cada una espacio se unen en un ángulo de 90 grados.
Además de ser testigo de la promulgación de la Carta Magna, el Teatro fue el lugar donde se estrenó el Himno Nacional Mexicano, y en donde el consejo de guerra enjuició y condenó al emperador Maximiliano de Habsburgo, al presidente de México, Miguel Miramón y al general de división Tomás Mejía.