Francisco Rodríguez | índice Político
Si la nueva mayoría electa el próximo seis de junio quisiera
utilizar sus servicios, ahí está. La Auditoría Superior de la Federación es su
criatura de origen, el brazo fiscalizador adecuado de las cuentas nacionales.
Sería uno de los instrumentos convenientes para detener el proceso de
destrucción del país. Cuenta con todas las facultades jurídicas para el efecto.
Aprobada por el Constituyente Permanente desde hace cuarenta
años, la Auditoría recogió puntualmente las instituciones emergidas desde el
Renacimiento, las prácticas jurídicas mozárabes y mesopotámicas herederas de
las antiguas formas vigentes en las circunscripciones romano-germánicas de la
antigüedad.
La Auditoría actual está inspirada en tribunales mayores de
cuentas, memorias hacendarias de los primeros recaudadores, glosas de erarios,
registros de libramientos, secciones de inspección y de reclamaciones, todas
encaminadas a la mejor administración de los haberes colectivos y de las rentas
públicas de cualquier nación.
La corrupción carcome cualquier intento
Aunque los primeros federalistas mexicanos facultaron al
Congreso para fijar los gastos generales, establecer las contribuciones
necesarias y vigilar con celo la recaudación, inversión y cuentas del gobierno,
la falta de tradición parlamentaria y el nulo respeto hacia la autor
restricción, como fórmula de contrapeso, socavaron ese primer intento.
Los conflictos entre federalistas y centralistas,
conservadores y liberales, radicales y moderados que nos legaron una historia
tan preñada de gestas heroicas como de asignaturas pendientes en todos los
ámbitos del quehacer público, sobre todo en los controles de gastos y en la
corrupción gubernamental, fueron también un gran obstáculo.
Sanear la hacienda pública, vigilar escrupulosamente el
manejo de los recursos nacionales y defender su correcta aplicación, otorgando
al concepto republicano el sello distintivo de un gobierno pulcro y mesurado
nunca ha sido lo nuestro. La corrupción carcome cualquier intento, lo hemos
visto hasta la saciedad.
Es el brazo ejecutor de una nueva mayoría
La potestad ciudadana de mantenerse atenta y al tanto de las
decisiones que concurren en el objetivo de construir un sistema político
autocontrolado y regulado por procedimientos estrictos que impongan los
equilibrios del mandato y distribuyan con justicia los beneficios, tiene que
ser la aspiración colectiva.
La mayoría de la Cámara de Diputados se arrogó la facultad de
designar al titular del ente fiscalizador y justiciero. Ahí está. Listo para
ser utilizado en una nueva etapa de transparencia y rendición de cuentas
públicas nacionales. Como lo querían. Es el brazo ejecutor de una nueva
mayoría. La directiva actual estará en funciones hasta 22 meses después de que
finalice el régimen modito Tepetitán. ¡Gulp!
De acatarse, la conducción gubernamental daría un giro
Por sus facultades, ese órgano constitucional con autonomía
de gestión puede fiscalizar los ingresos y egresos, el manejo, la custodia y
aplicación de fondos de los recursos de los tres poderes de la Unión, de los
organismos públicos y de cualquier erario de procedencia federal que ejerzan
los estados.
Así como los que ejerzan la Federación, los municipios y
hasta los particulares, así como suena. De acatarse, la conducción
gubernamental daría por fin un giro de ciento ochenta grados sobre su propio
eje, para integrar el sistema permanente de rendición de cuentas, rasgo
característico de cualquier sistema que pretenda despabilarse.
Constitucionalmente, tienen la misma relevancia el respeto
al valor del trabajo, el acatamiento al sufragio popular y la transparente
rendición de cuentas, porque los tres objetivos apuntan como destinatario final
al pueblo, depositario de la soberanía. El sistema tiene en sus entrañas su
propio Leviatán.
Jiménez Pons y Pedro Haces, complicidades ferroviarias
Un refreno político para moderar los excesos de cualquier
gobierno, los apetitos desmedidos de dictadores, aventureros y oportunistas,
dispuestos a ofrecer al país al mejor o al peor postor. Cualquier semejanza de
los motivos de los constituyentes originales con lo que pasa actualmente en el
país es además de coincidencia, reflejo fiel de la realidad.
Díganlo si no, las nuevas revelaciones –engañosamente
desmentidas por AMLO, pues son verdad– de la Auditoría Superior de la
Federación, consistentes en que el costo de cancelación del Aeropuerto de
Texcoco género un dispendio mayor al 232% de lo previsto. Y que, al mismo
tiempo, el bodrio de Santa Lucía fue protegido por el Ejército al ocultar los
costos con el argumento de que se trata de un asunto de seguridad nacional. Una
vergüenza total.
Acerca del Tren Maya, uno de los proyectos emblemáticos del
desquiciamiento mental, es también poco transparente en la protección ambiental
y en la adjudicación de contratos públicos, los que se pelotean entre El Frijolito
Jiménez Pons y el insaciable Pedro Haces, habilitado líder sindical y celoso
cuidador del partido Fuerza por México, un alcahuete para candidatos reventados
de Morena. Una vía de escape, a contentillo del hombrecillo de Tepetitán. Algo
inaceptable y sumamente deshonesto.
En cuanto a Dos Bocas, ni hablar. Un desmadre enterito
De acuerdo con el informe de la Auditoría Superior de la
Federación, el gobierno de López puso en marcha la Guardia Nacional, un cuerpo
personal compuesto por policías y militares en un 90%, con recursos manejados
sin reglas claras y en procesos administrativos opacos. En sus filas se
encuentran muchos mercenarios centroamericanos que están puestos para cualquier
Golpe.
En cuanto a Dos Bocas, ni hablar. Un desmadre enterito. La voluntad
de la comandanta Nahle, por encima de cualquier previsión de carácter ambiental
y técnico, por encima de toda ley que impida otorgar contratos sin licitar a
sus socios. Los que no conocen las leyes, no pueden aplicarlas.
Alguien tiene que parar este despiporre de la Cuarta
Corrupción
López fue el primer presidente que compró por adelantado más
de 200 millones de vacunas, agarrando las mejores porque había dinero
suficiente. Después nos enteramos de que no había comprado nada y aceptó
regalos de algunos lotes peligrosos para la salud de la población. Ahora se
queja de los acaparadores. ¿Qué pasó en el camino?
Pagos a muertos y a habilitados en los programas sociales de
sembrar un arbolito, construir el futuro, en apoyos de todo tipo que han demolido
el presupuesto de actividades productivas y la falta de apoyo a los empresarios
que promueven el empleo, es la tónica sexenal. Alguien tiene que parar este
despiporre.
La impudicia con la que se maneja la Secretaría de la
Función Pública para atender las venganzas del “caudillito” es expuesta
ejemplarmente en el documento que se cita. No es posible estar en manos de
lambiscon@s y desquiciados para ejercer los haberes públicos. Ackerman llegó a
su mejor expresión.
Como nunca, la corrupción gubernamental ha sido puesta en
evidencia en un documento oficial. También los niveles de incompetencia para
manipularla… y pretender ocultarla.
Los sicarios del narco, ¿guaridas personales?
El repudio y la crispación es ya general en el territorio.
El vergonzoso acontecimiento de rechazo en Tijuana comprueba que el hombrecillo
no es bienvenido en ningún lugar.
Los siervos de la nación y los trabajadores a sueldo de la
Secretaría de Bienestar ocupan hoy las trincheras de los chairos, que ya se
retiraron hasta de las redes de bots. Sólo falta que entren en acción como
guardias personales los sicarios de las bandas delincuenciales del
narcotráfico.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: Escribió Darío Celis el jueves 25 de
febrero: “La Auditoría Superior de la Federación (ASF) no solo interpretó
correctamente el costo total de la cancelación del Nuevo Aeropuerto
Internacional de México (NAIM), sino que se quedó corta. Consideró las acciones
requeridas para matar el proyecto de Texcoco, superior en más de 200 por ciento
a lo declarado, y fue más allá al estimar la conversión de una deuda que era
privada y que la 4T hizo pública. El pasivo debía pagarse con los ingresos
propios futuros generados por el NAIM, en una deuda pública que comprometió al
Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) al menos por los siguientes 20
años. Al cancelarlo el gobierno se hizo un ‘harakiri aeroportuario’, ya que se
terminaron pagando indemnizaciones a los tenedores del papel de la Fibra E por
10 por ciento del monto colocado, esto es 3 mil 600 millones de pesos. Además
hubo un pago no declarado de liquidación de los bonos por 6 mil millones de
dólares, de los cuales Arturo Herrera y la Secretaría de Hacienda recompraron
mil 800 millones de dólares en la total opacidad. Los fondos beneficiarios
fueron BlackRock, Schroders, Vanguard, Manulife, Prudential, UBS, Goldman
Sachs, Provida y Moneda, principalmente, asesorados por el bufete inglés Hogan
Lovells. Y todavía restan por pagar 4 mil 200 millones de dólares en los
siguientes 20 años: mil millones a tasa fija de 3.875 por ciento y tres mil
millones a tasa fija de 5.5 por ciento, sin que nadie en la 4T dé cuenta de
ello. Por otro lado, se desperdició una inversión ya realizada que se calcula
en 140 mil millones de pesos, 75 mil millones en el aeropuerto que se sepultó y
el resto en obras hidráulicas, vialidades y el ramal del tren…”
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