La designación de Rosanna Costa como presidenta del Banco Central, representa un hito por tratarse de la primera mujer que estará al mando del ente rector.
Su nombramiento como reemplazo de Mario Marcel, a fines de la semana pasada por el Presidente Sebastián Piñera, estuvo marcado por la publicación del IPC de enero de 1.2% que llevó la inflación en 12 meses a 7.7 por ciento.
Pero en una entrevista realizada por La Tercera, Costa indicó que "lo razonable es abordar este tema en el contexto del IPoM de marzo, no en una reunión extraordinaria. No creo que sea necesario una reunión extraordinaria para indicar lo importante que es lo que está pasando" desestimando así, hacer una reunión de emergencia en febrero para realizar ese ajuste.
Asimismo, Costa agregó que "mi presidencia parte con el primer y gran desafío de controlar la inflación. Este es un problema que hoy está presente a nivel global, pero que en el caso nuestro tiene particularidades propias", dijo.
La nueva presidenta del Banco Central destacó que, frente a ello, lo que vendrá a nivel de política monetaria por parte del Banco Central "será más restrictiva de lo previsto, con una tasa que irá por sobre el 6.5% como punto final del actual ciclo de alzas".
Por su parte, tras la sorpresiva alta inflación en el primer mes del año, BofA Securities subió su estimación proyectada para la Tasa de Política Monetaria (TPM), que según la institución se ubicaría en un máximo de 7.25% en mayo, desde el 6.75% que anticipaba previamente.
Desde el nivel actual de 5.5%, "suponemos dos aumentos más, uno de 125 pb en marzo (después de 150 pb en enero) y otros 50 pb en mayo", indicó BofA en un análisis. "No descartamos una reunión de emergencia del BCCh antes de la próxima reunión programada (27 de marzo).
Bofa indicó que la inercia de la inflación parece más fuerte de lo esperado debido a las crecientes presiones globales, particularmente los precios de las materias primas, pero también debido a dinámicas locales incluidas los efectos rezagados del estímulo, la debilidad del peso frente al dólar y la indexación/aumentos salariales (6.8% en los últimos 12 meses). "Parece que el exceso de liquidez (construido del estímulo del año pasado) y la reapertura mantienen el gasto de consumo en niveles elevados a pesar del desmantelamiento de las transferencias del Ingreso Familiar de Emergencia". Indicó que el gasto público cae a un ritmo más lento de lo que suponía el Banco Central.