Conocida como "la mujer de los perros", Íngrid Felicitas Olderöck Bernhard fue una exagente de la Dirección Nacional de Inteligencia Nacional (DINA), el servicio de seguridad creado por Augusto Pinochet tras derrocar a Salvador Allende en 1973.
Pero no fue una agente más del órgano encargado de torturar y eliminar a los opositores políticos del régimen militar.
Olderöck, exoficial de Carabineros, llegó a ser la mujer más destacada dentro de la DINA y tuvo entre sus funciones la formación de decenas de jóvenes a las que entrenó para enfrentarse a los enemigos políticos.
Relatos de víctimas la acusan de haber adiestrado a perros para violar a prisioneros y prisioneras políticas en los centros de detención donde muchos desaparecieron.
Especialmente en uno de los recintos clandestinos más brutales, "La Venda Sexy", una casa de dos pisos en un sector de clase media de la comuna de Macul, en Santiago, donde solía operar Íngrid Olderöck.
Los agentes le pusieron ese nombre al centro clandestino porque el método preferido de tortura eran las vejaciones sexuales, según quedó establecido en el primer Informe de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, más conocido como informe Valech.