Thrilling y detallada, la escena político
mediática obligó a los editores a rehacer todos sus textos poco antes de las
20:00 horas de ayer.
Esto no empieza sino hasta que se
acaba, si es que pudiera decirse así.
La confirmación de corrupción política
en las altas esferas del país del sexenio pasado y el dinero ilegal
presuntamente introducido a las campañas electorales recientes, incluida la
Presidencial del PRI en 2018, son por sí mismos amplios justificantes y
variable causal del cambio de régimen.
También de un escenario de dichos y
contradichos, de uso mediático y político que animarán el sombrío clima social
por la pandemia y alegrarán las conversaciones de los amantes de la grilla.
Se la van a jugar. Aquí habrá
despliegue de recursos intelectuales y económicos.
Rosario Robles Berlanga, ex Secretaría
de Estado en el sexenio de Enrique Peña Nieto, ha
considerado conveniente desmentir a su abogado después de que este señalara la
presunta inminente situación de solicitar el cambio a la condición de testigo
colaborador, para revelar detalles de la mecánica utilizada por el Canciller
del mismo sexenio para obtener recursos en forma ilegal. Desmentido entonces el
abogado, Epigmenio Mendieta Valdés. Si
no se le despide habrá unas conclusiones. Si ocurre, otras.
Del otro lado, no todo será un día de
campo para la parte acusadora contra los que no han pisado la cárcel.
Es destacable en tal contexto la
reacción de Luis Videgaray, arquetípico colaborador del sexenio de Peña Nieto
quien con su comunicado plantea tres interesantes situaciones:
1) hay que demostrar además de acusar,
aun en el caso de que la destinataria directa sea una ex compañera de gabinete,
si es que habrá de avanzar la utilización político mediática del evento además
de que se dice más que dispuesto a presentarse cuando le llamen;
2) el comunicado de Videgaray es una
lección de un texto de manejo de crisis porque se asocia positivamente a la
lucha contra la corrupción del Presidente Andrés Manuel López Obrador al mismo
tiempo que enuncia la inexistencia de una todavía invisibilizada prueba
contundente que habría de ofrecerse y
3) mantiene serenidad y buen humor en
circunstancias altamentecomplejas para los integrantes del PRI que estuvieron o
pudieron estar coludidos en algún esquema de corrupción mayúscula y que podría
conducir específicamente hasta el ex primer mandatario, pasando por dos ex
secretarios de Estado adicionales.
La entrega de dinero para la campaña
del candidato del Partido Revolucionario Institucional, José Antonio Meade, está
aún más nublada por la extendida sombra de duda, actualizada y aumentada en
contexto preelectoral gracias a Robles, y hace necesario culminar la
investigación de la manera concatenada en que habrían ocurrido los hechos y los
delitos que configuran.
Pero las nubecillas aparecen también
de lado de la parte acusadora y de una estrategia que se soñaba a sí misma como
invencible y de mero trámite.
Si habrá alguien de hacerle a la Breaking Bad —serie conocida por sus giros
inesperados en la trama— aún no sabemos si
son quienes elaboraron el estratagema, quienes lo vendieron o quienes se niegan
a pagar solos las consecuencias para hablar de aquellos distintos de la parte
acusadora ya con retos mayores a los previstos.