José Luis Camacho Acevedo.
Después de la masacre perpetrada por un comando
del crimen organizado el sábado pasado en Reynosa en contra civiles, el
presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, informó ayer lunes que
ordenó al consejero jurídico de la Presidencia realizar las gestiones
necesarias para que la Fiscalía General de la República (FGR) atraiga el
caso.
El recuento último del número de cifras, de
acuerdo con diversas fuentes, oscila entre 22 y 26 fallecidos. La mayoría de
ellos civiles que fueron víctimas inocentes de la descomposición política que
existe en Tamaulipas por las varias veces mencionadas por las autoridades
federales de las ligas del gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca
con los principales grupos del crimen organizado que operan en la entidad.
Las agresiones ocurrieron el sábado en diversos
barrios de la ciudad de Reynosa a manos de sicarios que viajaban “a bordo de
varios vehículos”, dijo en un comunicado una agrupación que coordina a las
fuerzas de seguridad en el estado.
Desde 2017, Reynosa, fronteriza con Estados
Unidos, ha sufrido una escalada de violencia por el crimen organizado en su
intento por el control del tráfico de drogas y el tránsito de migrantes
indocumentados que buscan llegar a ese país.
Actualmente el gobierno de Joe Biden recomienda
a sus ciudadanos no visitar Tamaulipas, entre otras tres entidades.
Y ante ese panorama apocalíptico uno piensa que
un fiscal como Alejandro Gertz Manero, que está por ahora concentrado en la
construcción de las nuevas instalaciones de la Fiscalía en un predio (que al
parecer sigue en litigio) ubicado en la esquina que forman las calles de
Constituyentes y Reforma, predio en el que Gertz Manero intentó construir la
sede de la policía que manejaba en tiempos de Vicente Fox. Proyecto que no pudo
llevar a cabo porque antes los despidió de manera fulminante el presidente de
las botas, no logrará el esclarecimiento de la masacre de Reynosa.
Entonces una vez surge la interrogante.
¿Estamos fatalmente camino a lo que sería un narcoestado?
La denuncia de que el crimen organizado operó
abiertamente en el pasado proceso electoral en entidades como Sonora, Sinaloa,
Michoacán, entre otras, es un elemento más de seria preocupación para la
sociedad mexicana.
La disyuntiva parecer ser: México será un narcoestado
o caminará rumbo a la militarización total.
EN TIEMPO REAL
1.- La agrupación de los gobernadores conocida
como la Conago debe permanecer, planteó el mandatario electo de Zacatecas,
David Monreal.
“Espero que haya la madurez y la capacidad para
retomar el origen de la conformación de esta organización de gobernadores”,
recomendó.
Justamente Monreal es uno de los que se
considera para encabezar la Conago, junto a Marina del Pilar de Baja California
y Alfonso Durazo de Sonora. Uno de ellos será el próximo líder.
2.- Finalmente sucedió lo que mucho se había
cantado, Irma Eréndira Sandoval fue sustituida de la Secretaría de la Función
Pública y en su lugar llegará Roberto Salcedo. La verdad es que el presidente
Andrés Manuel López Obrador nunca le perdonó que su grupo haya defenestrado a Félix
Salgado Macedonio en la búsqueda de la llegada de Pablo Amílcar Sandoval al
gobierno de Guerrero.
3.- La sociedad civil, empresarios y el equipo
de Samuel García Sepúlveda, gobernador electo de Nuevo León se preparan con
todo para evitar una posible anulación de la elección, la cual es intensamente
promovida desde el centro de la República.