José Luis Camacho Acevedo
La Unidad de Inteligencia Financiera de la
Secretaría de Hacienda, a cargo de Santiago Nieto Castillo, equiparó, de manera
por demás ilustrativa, la forma en que se ha enriquecido, tan brutal como
inexplicablemente, el panista que gobierna Tamaulipas, Francisco Javier García
Cabeza de Vaca.
El diario Milenio consignó el 20 de marzo del
presente lo siguiente:
“La UIF detectó una triangulación de recursos
desde una empresa fachada de la que es accionista el acusado (García Cabeza de
Vaca) de haber pagado el túnel por el cual escapó el capo del penal del
Altiplano en 2015, a uno de los prestanombres del mandatario panista, Juan
Francisco Tamez, y su empresa T Seis-Doce.
En el esquema que sirve de explicación a la
denuncia presentada por la UIF contra García Cabeza de Vaca y que explicó ayer
a la Sección Instructora, que analiza la solicitud de desafuero del gobernador
presentada por la FGR, detallan la transacción.
En su intervención, el titular de la UIF,
Santiago Nieto, expuso que el gobernador utilizó esquemas de adquisición de
inmuebles a través de empresas que operadoras del cártel de Sinaloa.
“Es importante plantear no solamente el
movimiento de 42.6 millones de pesos que existen entre una y otra empresa, sino
que hay tres que terminan enviando recursos, y la empresa fachada remite a una
cuarta empresa por cantidades importantes, 3 millones, 2.5 millones y 875 mil
pesos en marzo de 2014.”
A menos de ochenta días de que se celebren en
México las elecciones intermedias, el proceso de desafuero del todavía
mandatario tamaulipeco, representa un pesado lastre para su partido ante una
opinión pública que no solo ya está harta de tanta corrupción, sino que
justamente se siente vejada por la impunidad y el descaro con el que políticos
de todo signo exhiben sus fortunas.
Y en casos como el de García Cabeza de Vaca,
sus presumibles relaciones con el crimen organizado.