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Causas de la anorgasmia. ¿Qué me impide llegar al clímax?

por Leticia Montes
06-08-2021

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Una de las consultas más frecuentes en sexología es la dificultad o la incapacidad de llegar al orgasmo, algo que les ocurre especialmente a las mujeres, en concreto, según se afirma en Medline, a entre un 10 y un 15% de ellas. La anorgasmia, como se conoce a este trastorno, puede llegar a tener consecuencias psicológicas y provocar sentimientos de frustración, baja autoestima o incluso problemas en la relación de pareja. Y es que, como todo lo que gira en torno al sexo, en la consecución o no del orgasmo intervienen muchos factores, tanto físicos, como, sobre todo, psicológicos y emocionales.

¿Qué tipos de anorgasmia existen?

Hay personas, especialmente mujeres, que aseguran no haber tenido un orgasmo nunca. Sin embargo, lo más común es que la anorgasmia se presente en determinadas situaciones, en un determinado momento. En función de cuándo o en qué situaciones se es incapaz de alcanzar el orgasmo, podemos clasificar la anorgasmia como:

•Primaria. Que ocurre desde siempre.

•Anorgasmia adquirida. Que, tras haber sentido orgasmos, se deja de tener o se tienen dificultades para tenerlos a partir de un determinado momento.

•Anorgasmia circunstancial o relativa. Se pueden tener orgasmos solo en ciertas circunstancias y en otras no.

•Anorgasmia generalizada o absoluta. La incapacidad o dificultad de tener orgasmos en cualquier situación.

Causas físicas de la anorgasmia

Hay una serie de enfermedades o cambios físicos que pueden interferir en las relaciones sexuales y en la incapacidad de llegar al orgasmo.

•Problemas ginecológicos. Algunos problemas femeninos, como endometriosis, histerectomías, sequedad vaginal, etc. pueden impedir alcanzar el clímax.

•Enfermedades. Muchas enfermedades, tanto crónicas como degenerativas, interfieren de manera directa en la consecución del placer sexual. Algunas de ellas son la esclerosis múltiple, Parkinson, diabetes, problemas endocrinos, neurológicos, del aparato circulatorio, etc.

•Medicamentos. Hay muchos medicamentos que pueden inhibir el orgasmo, como los fármacos para la presión arterial, los antipsicóticos, los antihistamínicos o los antidepresivos.

•Alcoholismo y tabaquismo. El consumo excesivo de alcohol puede perjudicar la capacidad para alcanzar el orgasmo, y también el tabaco, al reducir el flujo sanguíneo hacia los órganos sexuales.

•Desórdenes hormonales. Aquí entrarían, por ejemplo, los cambios hormonales que se producen con la menopausia, con el envejecimiento o el déficit de testosterona, entre otros.