China está buscando superar a Francia y Estados Unidos en capacidad de generación de energía nuclear. Parecen estar dispuestos a todo para alcanzar este objetivo, ya que han pagado más de diez veces el precio de cada reactor para tener once instalaciones de este tipo operativas para 2030.
A China le ha tomado unas pocas décadas para erigirse como una de las mayores potencias económicas, industriales y bélicas de todo el mundo. Alcanzar este hito, como es de esperarse, tiene un precio: un consumo energético que crece rápida y descontroladamente. Sin embargo, esto no ha sido un obstáculo para el gigante asiático, que lidera en las energías renovables.
Esta potencia no sólo posee el monopolio global del litio, la fabricación de baterías para coches eléctricos y la extracción de tierras raras, sino que también ha diversificado sus fuentes de energía con gran éxito. De hecho, es el país que más invierte en el desarrollo de la fusión nuclear y el que más cerca esta de alcanzar el santo grial de la energía.
China es tanto el mayor productor de energía del mundo como el mayor consumidor, por lo que resulta difícil abastecer esta demanda con renovables, por lo que el carbón sigue predominando en su pool eléctrico. Sin embargo, tienen el objetivo de descarbonizar su economía, por lo que han desembolsado más de 30.000 millones de dólares en la construcción de 11 nuevas centrales en tiempo récord.
El gigante asiático afronta serios obstáculos si quiere acoplarse a los objetivos globales de descarbonización, ya que más del 60% de su energía proviene de plantas de carbón que siguen instalándose por todo el territorio. Es por eso que, de los más de 30.000 millones de dólares invertidos para cinco nuevos proyectos nucleares, menos de 9.000 millones conforman el valor de los 11 reactores.
Actualmente, la mayor parte de la electricidad de China proviene de plantas de carbón. En segundo lugar viene la energía hidroeléctrica, sector que lideran a nivel mundial. En último lugar, incluso por debajo de las fuentes renovables, viene la nuclear, que ocupa un 5% de su pool eléctrico.
El plan del gobierno es duplicar esta capacidad hacia un 10% para 2035, como parte de los objetivos para la descarbonización total en 2060 que sigue el país. Es por ello que han desembolsado un gran capital en la construcción simultánea de estos once nuevos reactores, que se sumarán a los 56 existentes que ya operan en todo el territorio
Los cinco nuevos proyectos que ha aprobado el gobierno de China no sólo servirán para incrementar la capacidad de energía nuclear del país, sino que también serán la base para el desarrollo de tecnologías más eficientes en el sector.
Las obras para seis de los once nuevos reactores están en concesión de la empresa estatal China General Nuclear Power Group (CGN) y, según la información disponible, podrían ser de tipo Hualong One de tercera generación desarrollados localmente.
State Power Investment Corporation (SPIC) se encarga de otros dos y China National Nuclear Corporation (CNNC) construirá los tres restantes, de los cuales uno será un generador de cuarta generación que, además de electricidad, podrá proveer calefacción libre de emisiones.
La clave del plan del gigante asiático para descarbonizar su economía reside en la diversificación de su energía. Es notable que actualmente la capacidad de energía solar de China es 16 veces mayor que la de plantas de carbón. Teniendo en cuenta que se ha establecido el 2026 como el año en que se agotarán las minas de carbón, es fácil comprender las motivaciones del gobierno para esta fuerte apuesta por la nuclear.