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China parece estar retomando la senda socialista

por Redacción
03-10-2021

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Durante décadas, la vida en China había evolucionado en torno a su versión local del capitalismo sin rienda alguna.

A pesar de ser técnicamente un país "comunista", el gobierno había depositado su fe en la economía de goteo, creyendo que permitir que algunas personas se hicieran extremadamente ricas beneficiaría a toda la sociedad, al sacarla del desastroso atolladero de la Revolución Cultural del presidente Mao tan rápido como fuera posible.

Hasta cierto punto funcionó. Ha surgido una gran clase media y, como resultado, la gente de prácticamente todos los estratos de la sociedad tiene ahora mejores niveles de vida.

Desde el estancamiento de la década de 1970, China ha sido empujada a la cima, ahora desafiando a Estados Unidos por el dominio económico global.

Puede verse en los hijos de aquellos que estaban en el lugar y el momento adecuados.

Esos padres que pudieron hacerse cargo de las fábricas en la década de 1980 y obtuvieron ganancias exorbitantes, que ahora permiten que su progenie conduzca llamativos autos deportivos por ciudades relucientes, pasando a toda velocidad junto a los trabajadores de la construcción que se preguntan cómo algún día podrán permitirse comprar una casa.

La carta de justificación del Partido Comunista de China (PCCh) siempre había sido la frase "con características chinas".

Su concepto de socialismo -"con características chinas"- permitió al gobierno un enorme margen filosófico para dirigir una sociedad que, en muchos sentidos, no era socialista en absoluto.

El secretario general Xi Jinping parece haber decidido que esto ya no es aceptable.

El gobierno chino, bajo su liderazgo, ha comenzado a retomar la parte "comunista" del Partido Comunista, al menos hasta cierto punto.

El nuevo eslogan es "prosperidad compartida". Todavía no ha aparecido en los carteles de propaganda en la calle, pero no puede quedar lejos.

Ahora es la piedra angular de lo que está haciendo el líder de China.

Bajo este lema, tienen más sentido las medidas que apuntan contra la evasión fiscal por parte de los ricos, y también las que hacen que la educación sea más equitativa al prohibir los tutores privados.

La represión en curso contra los gigantes tecnológicos del país también puede verse como parte del plan.

Entonces, ¿Xi Jinping realmente cree en esta idea de un proyecto comunista?

Es difícil estar 100% seguro, pero algunos observadores dirían que sin duda así lo parece.