José Luis Camacho Acevedo.
Con su reconocido olfato político, el
presidente Andrés Manuel López Obrador consideró que el debate que se ha dado
por la publicación de un reportaje sobre la línea 12 del Metro de la CDMX
publicada en el NYT, estaba ya dando muestras de que pudiera ser una campaña de
intereses políticos para enfrentar a dos de sus principales adelantados:
Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard.
La verdad que los que conocen la manera de
trabajar de los grandes periódicos de Estados Unidos saben que la publicación
de un reportaje como el que confeccionó el NYT sobre la Línea 12 del Metro,
solamente pudo ser con la autorización de los más altos niveles editoriales.
El editor en jefe del NYT, Publisher es la
denominación en inglés del cargo, Arthur Gregg Sulzberger, es un joven y
aguerrido periodista de sólo 40 años de edad, pero con una experiencia que lo
ha llevado a ser Chairman de la Compañía que edita el TIMES neoyorkino, no pudo
haber dejado que se publicara el reportaje sin que él lo conociera y
dimensionara en sus efectos políticos y mediáticos.
O más claro, ninguno de sus reporteros le pudo
haber metido un gol de ese tamaño al avezado Publisher de tan influyente medio
de comunicación.
Después de publicado el reportaje, en México
respondió uno de los afectados por el reportaje, el canciller Marcelo Ebrard. Y
al parecer el titular de relaciones exteriores en su respuesta la dio también
para defender el prestigio del empresario mexicano de mayor nivel, Carlos Slim
Helú.
El pleito entre Claudia y Marcelo al que hizo
referencia el presidente López Obrador tal vez surgió de una declaración no
pedida de la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum en la dijo “no tener nada que
ver con las filtraciones que contiene el reportaje del Times.
Marcelo salió al quite y fue contundente en su
respuesta de la que consignamos tres párrafos que consideramos claves para el
esclarecimiento de este embrollo periodístico:
“Antes de hacer las aclaraciones
correspondientes, me permito abordar lo principal. Lamento profundamente la
pérdida de vidas humanas por los hechos acaecidos el 3 de mayo pasado, al
tiempo que reitero mis condolencias a los familiares y amigos de las personas
fallecidas en la tragedia. Desde un primer momento, he manifestado mi
disposición de colaborar para esclarecer los hechos y deslindar las
responsabilidades respectivas.
La construcción de la Línea 12 del metro de la
Ciudad de México representó la culminación de la aspiración por décadas de
millones de capitalinos y habitantes del Estado de México, la mayoría
pertenecientes a los sectores más desfavorecidos, de contar con un método de
transporte moderno, económico, seguro y veloz, que los conectara del suroriente
al centro y poniente de la ciudad.”
Y continúa diciendo en su respuesta al Times de
Nueva York.
“Ahora toca conocer las razones que explican la
tragedia. Una parte de la historia, la de la gestación y construcción de la
línea, puede conocerse fácilmente a través de los documentos relevantes que se
han hecho públicos. La parte de la supervisión y mantenimiento durante el
sexenio posterior al que encabecé se mantiene en buena medida como una
incógnita. Resulta, por ejemplo, imposible saber si la administración del Dr.
Miguel Ángel Mancera realizó toda la labor de mantenimiento requerida en casos
de sismos de cierta magnitud, o si los trabajos efectuados después del sismo se
realizaron de la manera adecuada, dado que una importante cantidad de
documentos fueron reservados.”
Finaliza:
“La tragedia de la línea 12 exige ahora una
investigación radicalmente imparcial y escrupulosamente técnica, cuya única
finalidad sea el descubrimiento de la verdad. Las víctimas, la opinión pública
y la Ciudad de México merecen primeramente eso: la verdad de lo acontecido.
Queda claro que AMLO dio por terminado la falsa
guerra entre Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard.
No cabe duda de que los especuleros de siempre
siguen sin tener remedio.