
José Luis Camacho Acevedo
Después de que se anunció
que la presidenta Claudia Sheinbaum había logrado en su acuerdo telefónico con
el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el alargamiento de un plazo de
90 días para definir el monto que tendrán los aranceles de productos mexicanos
que se comercializan con el vecino país, varios analistas comentaron que ese
acuerdo tenía todavía riesgos futuros.
Lo cierto es que la
presidenta Claudia Sheinbaum negoció con más éxito que muchos otros países,
seguramente no solo el tema de los aranceles sino algunos otros, y puso con
ello de manifiesto que es solamente ella quien lleva la conducción política de
la estabilidad nacional.
Todavía ayer hubo algunos
comentaristas que hablaban de “signos de ruptura” entre la presidenta Sheinbaum
y el ex mandatario López Obrador.
Después de lo ocurrido al
senador Adán Augusto López con el tema de La Barredora, tema que pegó
igualmente en la línea de flotación del barco que transporta al habitante de
Palenque, la presidenta Sheinbaum no requiere implementar “una ruptura con
nadie” ni de “mandar a sus personeros en los medios” para demostrar que su
poder es, como dicen los clásicos, único e indivisible.
Sheinbaum, con el
asesoramiento eficaz y cercano de Marcelo Ebrard, logró que México fuera
considerado como un aliado necesario de Trump en sus estrategias de seguridad
nacional.
No solamente en el
combate al tráfico de fentanilo, de igual manera operativa en la relación de
Estados Unidos con países latinoamericanos.
Debieron ser varias las
negociaciones que se tuvieron en la llamada de ayer entre la presidenta
Sheinbaum y Donald Trump.
Ayer se daba por hecho
que la capitana de Marina, Claudia Hernández Sordo, será la nueva directora de
Marina Mercante en sustitución del capitán de altura Paulino Morán.
Un cambio que se
relaciona con el combate al tráfico de drogas, sin duda.
Y otra:
Publicó ayer el NYT:
En los últimos seis
meses, Estados Unidos ha cambiado el orden comercial mundial que se mantuvo
durante décadas en favor de algo drásticamente diferente y que, en gran medida,
no ha sido probado.
Economías
formidables como la Unión Europea (UE) y Japón han hecho las paces de manera
abrupta con aranceles más altos sobre sus exportaciones, accediendo a las
demandas del presidente Donald Trump con el fin de evitar guerras
comerciales perjudiciales y para lograr que los aranceles estadounidenses, aún
más altos, bajen un poco. (Eso no ocurrió con México gracias a la negociación
de ayer de la presidenta Sheinbaum)
Lo apuntado entre paréntesis es una consideración mía.
Sigue
el NYT:
“A
medida que las principales economías se alinean para firmar acuerdos que
incluyen los aranceles más elevados de la historia moderna, la visión del
presidente sobre el comercio mundial se está haciendo realidad rápidamente. Esa
nueva normalidad utiliza la economía estadounidense como palanca, ya que otros
países aceptan aranceles del 15 al 20 por ciento para hacer negocios con
Estados Unidos. Se impondrán tarifas aún más elevadas a las exportaciones de
productos esenciales, como el acero, o a determinados países adversarios, como
China.”
(México está poniendo a salvo el T-MEC y se excluye de la condición en la que están ya la Unión Europea o China)
La BBC News apunta:
“Desde su regreso a la Casa Blanca, Donald Trump ha sacudido el sistema de comercio mundial.
El pasado 2 de abril, que él mismo Trump llamó el Día de la Liberación, el presidente estadounidense anunció una serie de aranceles "recíprocos", o impuestos a las importaciones, para decenas de países de todo el mundo.
Muchos de ellos se han suspendido temporalmente y desde entonces Trump también ha anunciado acuerdos con varios socios -entre ellos Reino Unido, Vietnam, Japón y la Unión Europea- para reducir algunos de los porcentajes arancelarios.”
Desde la anterior perspectiva, el aplazamiento
de 90 días de la definición del monto arancelario logrado por la presidenta
Sheinbaum, es, sin duda, una más de las claves de lo que ha sido su mayor
victoria comercial y diplomática.
Como dijera el clásico: “No se hagan bolas”, Claudia Sheinbaum es la que manda en México gobernando con eficacia y prudencia.