¿La dinámica sexual con tu pareja es intensa, pero sientes que no es saludable? Podrían estar sufriendo de codependencia sexual. En el artículo de hoy te explicamos qué es y cómo superarla.
¿Qué es la codependencia sexual?
Mientras que muchas parejas lidian con el problema opuesto ― la ausencia de deseo ― la codependencia sexual, es una situación menos conocida en la que el sexo pasa a ocupar un lugar prioritario en todos los aspectos de la convivencia, tanto que puede sustituir la comunicación, la responsabilidad afectiva e incluso otras muestras de afecto.
Es normal que al inicio de una relación, dos personas literalmente “no puedan salir de la habitación”, pero con el paso de los meses, esta intensidad sexual debe disminuir un poco para dar lugar a otras actividades en pareja que son igualmente importantes para la creación y el fortalecimiento de los vínculos.
En la codependencia sexual, como los demás aspectos de la relación están descuidados, o simplemente no son viables, la pareja, comienza a utilizar el sexo como un modo desesperado para permanecer juntos. Pueden ocurrir varios escenarios:
Aunque la relación claramente no funciona, el sexo es muy bueno, y ambos tienen miedo de sacrificarlo para ir en busca de una relación más equilibrada.
Una de las dos personas no está a gusto con la dinámica sexual, pero la acepta como una forma de retener a su pareja.
Ninguno de los dos se siente pleno con la relación, y para paliar ese sentimiento, comienzan una “lucha de estímulos sexuales” que los lleva a prácticas extremas que pueden derivar en culpa y vergüenza.
Cuando hay codependencia sexual, es común que sintamos que no vamos a poder volver a disfrutar así del sexo con ninguna otra persona. También es lógico que justifiquemos ante nosotros mismos una relación pasional (tóxica), bajo el argumento de que, si el sexo es tan maravilloso, esa persona debe de ser “la correcta” pues el cuerpo “no miente”.
La realidad es que esta percepción de complementariedad e irreversibilidad no es real, sino que es promovida precisamente por la adrenalina y la sensación de urgencia y posible pérdida que acompaña el saber que, efectivamente, no estamos con la persona correcta, o no estamos parados en un terreno “estable”.
Es importante no confundir la codependencia sexual con la adicción al sexo, aunque no es raro que sea precisamente la adicción al sexo de uno de los miembros de la pareja la que fomenta que ambos terminen siendo codependientes, o que el otro comience a sentir que estar disponible sexualmente, es una especie de obligación.
¿La codependencia sexual se puede revertir?
Depende. Hay veces que simplemente debemos atrevernos a aceptar que, de no ser por el sexo, no tendríamos absolutamente nada trascendente que compartir con la otra persona.
Para que una relación funcione, debe de haber siempre puntos en común y la posibilidad de construir una historia de acuerdo a intereses y estilos de vida compatibles.
Si sientes que la codependencia sexual más bien es el resultado de que no han sabido ocuparse de dificultades que sí tienen una solución mediante la comunicación y el diálogo, lo primero es platicar con tu pareja para expresarle cómo te sientes y asegurarte de que también está en la misma disposición de resolver el problema.
Si ambos están en la misma sintonía, pueden comenzar a explorar otros modos de relacionarse y convivir: hacer proyectos en común, salir a lugares diferentes. Sin embargo, llegados a este punto lo mejor es que acudan con un profesional que les ayude a identificar las causas profundas de su codependencia para erradicarlas de raíz.