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Cómo conseguir que el sexo siga siendo divertido más allá de los 50

por Redacción
12-02-2022

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Según la terapeuta sexual, Colby Agostinelli, no hemos de tirar la toalla tan pronto sintamos el peso de nuestra edad, pues algunas de las posibles soluciones pueden resultarnos bastante agradables: “[El sexo] es también una forma estupenda de mantenerse en forma y de mantener las cosas interesantes con la pareja. Especialmente para los que padecen el ‘síndrome del nido vacío’, puede ser un momento esencial para reconectar y avivar esa intimidad sexual que puede haberse esfumado”.

Como resultado de ese nido vacío, que también tiene su efecto sobre nuestro estado anímico, puedes tomarte esa crisis como una oportunidad (cuando la vida te da limones, haz limonada) y aprovechar esa recién liberada cantidad de tiempo para dedicarlo a la exploración sexual; ya sea pasando más tiempo con tu pareja o explorando tu placer en solitario.

Porque la experiencia, aunque siempre sea buena, también implica un mayor riesgo de acabar cayendo en la rutina de lo que funciona. Nos volvemos perezosos con el tiempo, y acabamos repitiendo una y otra vez las fórmulas que nos rinden los mejores resultados hasta agotarlas. Tener una larga historia sexual siempre implica una cantidad considerable de repetición. Así que si quieres algunas ideas sobre cómo introducir algunas actividades nuevas y divertidas en tu vida sexual, no dejes de leer.

Al margen de lo bien que nos haya ido con los años, no deja de ser cierto que ninguno nos hacemos más jóvenes con cada año que pasa. Algunos dolores, venimos notando, se han instalado en nosotros con intención de quedarse para siempre. Nuestro cuerpo, es así, ya no es el que era, como tampoco lo son sus necesidades.

Hemos de tener esto en cuenta y buscar maneras, más o menos creativas, de circunnavegar esas circunstancias. Cambios en nuestra postura habitual, que hagan necesario un menor esfuerzo físico; más sexo oral en lugar de sexo acrobático; y por supuesto, consultar con nuestro médico si nos enfrentamos a una situación de disfunción eréctil o cualquier otra dolencia que amenace el disfrute de nuestra vida sexual.

Porque nuestros médicos tienden a dejar de preguntar por nuestra vida sexual llegado un punto, y creo que nos hacen un flaco favor al tirar la toalla por nosotros cuando todavía no hay ninguna razón para hacerlo. Es nuestro deber no dejar que esto ocurra y comenzar la conversación nosotros mismos si creemos que podemos beneficiarnos de sus consejos.

Quizás la lección más importante que se aprende con los años sea lo importante que es la comunicación para la salud sexual de una pareja. Si lo es para cualquier relación sexual sana no va a dejar de serlo por una cuestión de tiempo. Esto no cambia nunca, por mucho que cambies tú o tu cuerpo: para conseguir el sexo que quieres, tienes que decirle a tu pareja cuál es el tipo de sexo que quieres.

Cuando hemos sufrido lesiones, enfermedades o estamos afectados por dolencias físicas crónicas, no es que estemos obligados a contárselas a nuestras parejas pero sí hay que ser sincero acerca de lo que te hace sentir bien y lo que no, y sobre las limitaciones, tanto físicas como mentales, que podamos tener.