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Cómo desenchufar tu cerebro

por Redacción
07-12-2021

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Pero antes de darte esos consejos, te voy a explicar por qué es tan importante y necesario desenchufar nuestro cerebro de la actividad habitual y los beneficios que ello conlleva:


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  •     Reducción de los niveles de estrés y ansiedad
  •     Aumento de la percepción subjetiva de bienestar
  •     Incremento en la concentración, de la eficacia y de la productividad
  •     Desarrollo de nuevas ideas e ideas más creativas
  •     Mejor toma de decisiones
  •     Mejora del sentido del humor 


Por todo esto es fundamental tener períodos a lo largo del año de desconexión real, de vacaciones, de relax, de desenchufarse, de desanclarse de verdad.

Ahora sí vamos a ver esas técnicas que conseguirán que de verdad descanses, disfrutes del tiempo de ocio y de los días de vacaciones:

Practica Mindfulness

Practica la atención plena. Las vacaciones es uno de los mejores momentos para familiarizarte con esta técnica tan útil y eficaz. A través de esta técnica, aprendemos a desconectar nuestro cerebro de aquellos pensamientos que más nos perjudican. Aunque en realidad, más que desconectar, se trata de centrarnos en el presente restando la presencia de otro tipo de pensamientos más recurrentes. A través de la atención plena, se observan los pensamientos perjudiciales, sin embargo, no los juzgamos.

Di adiós al despertador y a la alarma del móvil

Modificar los horarios es un buen punto de partida para desconectar. No hay necesidad de darse madrugones y podemos trasnochar más de la cuenta en vacaciones. No te sientas culpable por ello. Conviene disfrutar cada día de lo que surja sin estar agobiado y controlando los horarios. Quédate 5 minutos más, o 10 o 30 en la cama si te apetece.

Guarda las agendas en un cajón con llave

Olvídate de las tareas diarias y de los plannings estructurados. El exceso de planes programados aumenta la sensación de estrés y nos hace recordar las rutinas laborales donde todo está marcado. Fluye, déjate llevar, sé espontáneo, deja de planificarlo todo, improvisa y flexibiliza.

Cambia tu apariencia externa

Modifica lo externo. No te afeites en unos días, día adiós a la corbata, deja de maquillarte a diario, utiliza ropa más cómoda, date un corte de pelo, prueba con un cambio rápido de look… esto ayuda a romper la rutina diaria de trabajo, a verte diferente y a desconectar.

Cambia de ambiente

Quedándote en casa es algo más difícil aparcar las preocupaciones y conseguir desconectar del todo. Lo más óptimo es un cambio de aires: de país, de ciudad… Salir de tu entorno habitual es bueno para desconectar de la rutina. Ve a lugares diferentes, haz cosas distintas y alternativas a lo que normalmente haces.

Haz una pausa entre tarea y tarea

Date 5 minutos. Al llevar unas agendas tan apretadas solemos saltar de una actividad a otra sin dejar un minuto de descanso entre ellas. Deja pasar 5 minutos entre una tarea y otra y dedícalos a no hacer nada o hacer algo relajante: respirar profundamente, hacer estiramientos, darte un masaje...

Cuida tu alimentación

Cuidado con los excesos, que aunque en vacaciones también es buen momento para tener caprichos, especialmente con la comida tampoco es cuestión de llevarlo al extremo.

Haz deporte

Dedica tiempo a las actividades físicas y al deporte.

Delega

¿Tienes un cargo de mucha responsabilidad en el trabajo?, ¿eres empesari@? No pasa nada porque cedas el control. Aprende a delegar en el resto de tu equipo y a confiar en ellos. Nadie, absolutamente nadie es imprescindible. Suelta el control. La empresa no va a dejar de funcionar porque no estés pendiente de ella durante unos días o unas semanas.

Haz planes con amig@s

Salir y conversar con tus amigos puede ayudarte a romper con la rutina al hablar de cosas distintas a las de tu día a día. Compartiréis anécdotas antiguas y os reiréis sin duda.