logo
header-add

¿Cómo preparar a mi hijo para dejar los pañales?

por Redacción
24-11-2021

Comparte en

¿Cuándo es el momento?

No se trata de una edad específica.

Muchos niños están preparados a los dos años pero otros no lo están hasta, a lo mejor los dos y medio o tres. Y no hay apuro. Si se empieza demasiado temprano y el niño no está preparado, llevará más tiempo, trabajo y muchas frustraciones con consecuencias desagradables.

¿El niño está listo para aprender?

Hazte estas preguntas:


  1.     ¿El niño está interesado en sentarse en el váter o su orinal? ¿Y en usar ropa interior en lugar de su pañal?
  2.     ¿Lo ves listo para entender las instrucciones sin ser presionado?
  3.     ¿Te manifiesta con gestos o palabras o posturas corporales cuándo tiene ganas de ir al baño?
  4.     ¿Puede estar seco durante dos o más horas durante el día?  ¿Se empieza a quejar por la molestia de tener los pañales sucios o mojados?
  5.     ¿Puede el niño o niña bajarse los pantalones y volvérselos a subir sin ayuda y por sus propios medios?
  6.     ¿Puede sentarse en su orinal o váter por sí mismo?


Si la mayoría de las respuestas ha sido que sí, está listo para empezar, pero si la mayoría fueron negativas pues entonces, a esperar. Sobre todo si va a haber algún cambio importante, como una mudanza, cambio de escuela o llegada de un hermanito. Si el niño o niña se niega a controlar no se debe presionar, ya que podrá estar preparado dentro de unos meses

Una vez que está tomada la decisión hay que preparar al niño para el éxito, empezando por mantener una actitud positiva. Sigamos estas recomendaciones:

Equipamiento: pon el orinal en la habitación del niño o niña. Anímalo a sentarse en él, aunque sea con los pañales puestos; asegurándose de que apoye los pies firmemente en el suelo. Si es necesario, tira el contenido del pañal sucio en el mismo orinal para que entienda para qué sirve. Deja que el niño o niña vea a los adultos sentarse en el váter.

“Recreos” en el orinal: planifique varios momento en el día para ir a sentarse al orinal; tanto para los niños como para las niñas, que empezarán orinando sentaditos. Puede leer un cuento o llevar un juguete. Si no ocurre nada podemos decirles que volveremos más tarde. Tratar de conseguir un orinal que sea fácil de llevar con nosotros si salimos de paseo.

¡Vamos-rápido! Cuando veas que el niño o niña comienza con gestos sugestivos, como retorcerse, apretarse los genitales o pegar saltitos, responde con rapidez. Deja lo que estés haciendo y enséñale que estos son los signos que le avisan que hay que ir al orinal corriendo. Si se trata de una niña, hay que enseñarle a limpiarse de adelante hacia atrás para no traer gérmenes al sistema urinario, y por supuesto,  a lavarse las manos cuando hemos terminado.

¡Incentivos! Se pueden dar premios como estrellas, pegatinas, cuentos, salidas extras al parque, etc. Reforzar el éxito con exclamaciones como: ¡qué bien, lo has hecho como los mayores! Se positivo. Después de varias semanas de entrenamiento, podemos proponer dejar los pañales y pasar a la ropa interior (sólo si el niño o niña lo aceptan). Que sean ellos quienes elijan sus braguitas o calzoncillos, y es importante evitar prendas que dificulten el desvestirse.

Saber cuándo parar. Si después de algunas semanas el niño o niña todavía se resiste a dejar el pañal, hay que tomarse un descanso. Puede ser que aún no esté preparado para hacer el cambio, y es preferible esperar durante varias semanas antes de volver a probar.

Accidentes comunes

Los “accidentes” son normales. Durante el período de aprendizaje puede haber escapes, y fallos o no llegar a tiempo al baño. Es importante recordar la necesidad de pasar por el “baño” cada cierto tiempo, además de mantener la calma y no presionar. Si hay un fallo, repita a su hijo “no importa, no pasa nada, ¡la próxima llegaremos a tiempo!”.

Cuándo acudir al médico

Si después de los cuatro años nota que el niño ha retrocedido en los controles, si muestra signos de frustración por vergüenza o si comienza a retener las heces con dolor y pérdida de materia fecal, entonces no dude en consultar con su pediatra. Una pequeña ayuda puede resolver el problema.