Que sí...

Hacer los deberes

Ten muy claros los motivos por los que rompes, porque si tu pareja no está esperando que la dejes, tendrás que dar muchas explicaciones. Esto también te dará la oportunidad de reflexionar sobre lo que piensas y averiguar si una ruptura es lo que de verdad quieres.

Hazlo en persona

Rompe cara a cara, no lo hagas por correo electrónico, ni por mensaje, ni por teléfono o Skype a menos que la situación lo requiera. Encontrarse con alguien por última vez antes de terminar la relación puede ofrecerte un buen cierre, que te hará falta psicológicamente para seguir adelante.

Procura que sea en un lugar en el que tu pareja se sienta a gusto

El hablar de un tema tan delicado en un restaurante lleno de extraños puede intimidarla un poco. Elige un lugar en el que pueda expresar sus emociones con tranquilidad.

Prepárate para lo peor

El que le dejen a uno probablemente sea lo peor que le pueda pasar a cualquiera. Así que no te sorprendas si tu pareja comienza a gritar o llora o discute o simplemente se pone hecha una furia. Enfréntate a la situación con tranquilidad, acepta sus reacciones y comprende que están provocadas porque se han herido sus sentimientos.

Que no...

Mentir

Sé sincero con tu pareja cuando estás a punto de acabar con la relación. Dile qué es exactamente lo que no te gustaba de la relación. Puede que sea muy duro para ella escucharlo pero es muy importante que aprenda. Al fin y al cabo es justo que sepa por qué la relación ha fracasado.

Ser cruel

Las rupturas son muy desagradables en cualquier caso, así que no te esfuerces por hacerla más desagradable e hiriente. Ser honesto no quiere decir que tengas que ser vengativo y cruel. Intenta presentar tu verdad de una forma agradable.

Ser ambiguo

No dejes a tu pareja con la duda. Si de verdad no lo sientes, no le digas algo como: “Ahora no funciona, pero puede que lo haga en otro momento”. Ello hará que mantengan una falsa esperanza.

Arrepentirse

Una vez que has decidido romper, no cambies de opinión. Tu pareja puede intentar convencerte para que le des una “última oportunidad”, pero a menos que haya alguna razón de peso para que cedas, no lo hagas. Mantente firme en tu decisión.