Debes entender que vencer el apego emocional depende de dos cosas: de tu trabajo personal y de la constancia.
1
Reconocerla es el primer paso. Nunca podemos solucionar aquello que negamos, ni aquello que no comprendemos. Por lo que el primer paso es reconocer que existe un problema. A veces lo más fácil es culpar a los demás, pero desde ahí nada cambiará. Por eso, tenemos que examinar nuestras relaciones de pareja, familiares o de amistad. Cuando reconocemos un problema podemos comenzar a resolverlo.
2
Invierte en tu desarrollo personal. Tu propio crecimiento personal es el factor fundamental para aumentar tu confianza, creer más en ti y mejorar tu autoestima, que es lo que marcará la diferencia. Cuando eso sucede, te sientes más merecedora como persona, menos vulnerable a las opiniones de los demás; te sentirás más libre, más fuerte y con menos dependencia emocional.
3
Céntrate más en ti. Esto no quiere decir ser más egoísta, sino que te des cuenta de que lo realmente importante es lo que tú pienses sobre ti, y no las opiniones de los demás. Deja de estar pendiente de qué dirán o pensarán los demás; la opinión más importante es la que tienes sobre ti misma. Para ello hay que reforzar la identidad personal y desarrollar una autoimagen valiosa que sea digna de ser respetada y amada.
4
Deja atrás el pasado. Siempre hay que aprender del pasado porque es nuestro gran maestro, pero no traigas al presente los problemas de relaciones de entonces, porque estarás añadiendo una enorme y pesada carga a tu relación actual.
5
Comprueba tus reglas. En ocasiones nos encontramos con personas que han adquirido unas rígidas reglas o creencias sobre cómo tiene que ser una relación y sobre cómo tienen que comportarse los demás. Esas creencias personales -en ocasiones erróneas- son una enorme carga en cualquier relación y se convierten en una gran fuente de constantes decepciones.
6
Asume la responsabilidad de tus emociones. A veces llegamos a pensar que nuestras emociones vienen de afuera, que todo lo que sentimos viene del exterior, pero en realidad nace de la interpretación y el significado que damos a las cosas que suceden en nuestra vida. Por eso, nadie más que nosotros mismos somos dueños y responsables de nuestras interpretaciones y, por tanto, de nuestras emociones. Es fácil adquirir el papel de víctima, de pensar que todo es culpa de los demás. Pero si quieres dejar de ser una persona con dependencia emocional, lo primero es asumir la responsabilidad de tus emociones y de tu vida, sabiendo que ésta no está en manos de los demás, sino en las tuyas propias.
7
Aprende a estar bien a solas. La persona con la que más tiempo vas a pasar el resto de tu vida es contigo misma. Por eso, esa es la relación que más debes de cuidar. Si no estás bien contigo, ¿por qué lo van a estar los demás?
A veces nos pasamos la vida esperando a que aparezca la persona correcta que nos comprenda, que encaje en todos los aspectos, que nos haga felices; la persona que a partir del momento en el que aparezca todo por fin será perfecto...