Cuando la coreógrafa, bailarina y maestra Nieves Paniagua decidió crear un grupo de baile folclórico, hace 47 años, se planteó llevar al escenario no una apropiación de los bailes tradicionales de México, sino una representación fiel a su origen y significado.
Para ello emprendió una investigación de campo sobre las danzas y ha consultado a los habitantes originarios de los diferentes pueblos, para ofrecer en el teatro con fidelidad, una copia de lo que ocurre en las fiestas patronales.
Así la Compañía Nacional de Danza Folklórica se ha convertido en un repositorio del patrimonio musical y dancístico de los pueblos originarios del país con un repertorio de decenas de coreografías que son memoria de la cultura tradicional de México, no sólo por los bailes sino incluso por los vestuarios que han cambiado con el paso del tiempo.
n entrevista, Óscar Méndez, productor ejecutivo de la compañía, cuenta que la estrategia de Nieves Paniagua, de 87 años de edad, ha sido consultar a la fuente directa de las danzas, es decir a las personas que hacen la danza en sus pueblos durante alguna celebración. Por lo que en cada nuevo montaje se invita a una familia en particular para saber del significado, la coreografía y su vestimenta.
“Desde las primeras coreografías le preguntaban a la maestra la gente de los pueblos ‘por qué quieres copiar mi danza, por qué la quieres presentar’; y ella respondía que para darla a conocer, y obviamente siempre estuvimos conscientes de que una danza que se representa y la sacas de su lugar de origen ya no es original la tiene que adecuar a un foro, por eso lo que tratamos es representarla lo más fiel posible con información de primera mano”, detalla.
Méndez enfatiza en la relevancia de los elementos identitarios de los pueblos originarios del país, y que incluso en las mismas comunidades han cambiado o desaparecido. “Nosotros nos esforzamos por conservar los trajes lo más fiel posible, pero incluso nos han dicho que esos ya no se usan en las nuevas danzas, o sea que son ahora una memoria del pasado”, acota.
La compañía nació cuando la maestra Nieves Paniagua junto con su esposo Roberto Vallejo y sus amigos Gastón Saavedra y Rosa María Macías crearon en 1975 el Ballet Folklórico de la Dirección General de Educación Tecnológica Industrial, que en 1979 se convirtió en el México Ballet Folklórico y finalmente en la Compañía Nacional de Danza Folklórica en 1984, nombre otorgado por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.