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Comprueban que el sexo sirve de ejercicio

por Redacción DC
06-08-2020

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¿Alguna vez te has preguntado si el sexo podría considerarse ejercicio? Todo dependerá. Desde la Fundación Española del Corazón (FEC) advierten de que la actividad física que requiere una relación sexual se compara con la necesaria para subir dos pisos de escaleras.    


Si usted es capaz de subir dos pisos de escaleras sin tener dolor en el pecho o fatiga excesiva, será capaz, desde el punto de vista físico, de mantener relaciones sexuales plenas", arma la entidad, señalando a su vez que es necesario tener en cuenta que existen amplias variaciones en los gastos energéticos durante el acto sexual dependientes de factores como el estado físico del paciente y de su pareja, de la excitación, de la ingesta abundante de comida antes de la actividad sexual, de si la relación es extraconyugal, entre otros factores.


A su vez, el doctor Marco A. Blázquez, coordinador de la Unidad de Imagen Cardiaca del Hospital Universitario de Torrejón (Madrid) mantiene en una entrevista con Infosalus que "la actividad sexual conlleva una activación física y un estrés hemodinámico en el sistema vascular, similar al que nos puede proporcionar el ejercicio físico".    


Por lo que sí, podemos considerarlo ejercicio, pero con matices. Este especialista hila más no que la FEC y puntualiza que este gasto energético se mide habitualmente en la unidad de equivalentes metabólicos (METs), deniendo 1 METs como el consumo de oxígeno que realizamos en reposo estando sentados.    


Se ha encontrado que la actividad sexual produce un gasto energético, variable según la situación, pero que oscila entre 3 o 4 METs en relaciones con la pareja habitual, y de 5 a 6 METs en relaciones con una pareja no habitual. Esta medida equivale al gasto energético que realizamos al caminar en llano a 4-6 kilómetros por hora, o en deportes como el tenis de mesa, o el tiro con arco en el primer caso, o jugar al bádminton o al golf, en el segundo", detalla el cardiólogo.


Ahora bien, insiste en que, aunque el sexo puede considerarse como un ejercicio físico, dice que será muy difícil que, con la actividad sexual solamente, incluso teniendo una vida sexual muy activa, puedan cumplirse los requerimientos para una vida cardiosaludable en población general (realizar unos 30-40 minutos de ejercicio moderado 5 días a la semana).   

En este contexto, el doctor Blázquez destaca que los efectos cardiovasculares de la actividad sexual son similares en ambos sexos: "Fundamentalmente estos efectos son un aumento de la frecuencia cardiaca que puede llegar a aumentar hasta picos de 140-180 latidos por minuto, un aumento de la tensión arterial de hasta 80/50 mmHg, y un incremento de la frecuencia respiratoria. Una vez terminada la relación sexual lo habitual es que estos parámetros se normalicen progresivamente".