Comuneros y ejidatarios de poblados localizados en las 111 mil 160 hectáreas declaradas Área Natural Protegida en la Sierra de San Miguelito piden ser escuchados.
Para ello, un contingente se trasladará a la Ciudad de México en los primeros días de enero, con la intención de hablar con el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Aseguran no estar en contra de la protección de la flora y la fauna.
Sin embargo, se sienten despojados de sus tierras.
Ayer, integrados como Frente Agrario pro-Familias de la Sierra de San Miguelito, en rueda de prensa se pronunciaron en demanda de la modificación del decreto presidencial publicado justo hace una semana en el Diario Oficial de la Federación.
No asumen una postura beligerante ante lo que consideran el equivalente a un despojo de su único patrimonio. Aseguran privilegiar el diálogo con autoridades.
En ese tenor también les solicitarán audiencia a los “Hombres G”. De paso deberán buscar a los alcaldes de los municipios de Villa de Arriaga, Villa de Reyes y Mexquitic.
Este domingo, a menos de una semana de publicado el decreto fijaron su postura. A su parecer el estudio previo a la declaratoria fue “amañado” y que el presidente fue “engañado”.
Reclaman que no fueron tomados en cuenta, pues apenas unas dos semanas después de presentado el proyecto fue emitido el decreto presidencial, el cual “nos causa un enorme daño”.
“En la sierra hay zonas donde no hay ni flora ni fauna, son tierras sin nada de vegetación, ni animales”, aseveran.
Piden ser escuchados para que “no se nos condene a la pobreza”.
A las y los ejidatarios y comuneros les asiste el derecho a ser escuchados, pues prácticamente el gobierno les ha expropiado sus tierras sin recibir a cambio ni un cinco.
Como se ha escrito en otro espacio de este portal, el mandatario nacional adoptó una decisión política sin considerar a las familias que habitan en los poblados existentes en las 111 mil 160 hectáreas.
La tradicional “Mañanera” es un espacio propicio en el que les podría escuchar el presidente, ante representantes de los medios de comunicación, y estos tendrían la oportunidad de escuchar sus inquietudes, propiciadas con el decreto.