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Confianza ciudadana en los políticos

por Mauricio Valdés
26-06-2024

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Uno de los temas que llaman nuestra atención es la confianza ciudadana en los demás, especialmente cuando se trata de quienes se dedican a la Política y al Gobierno. Estas actividades se relacionan directamente con los ciudadanos, los grupos organizados, los medios de comunicación, los gobiernos y el exterior, lo que demanda que se logre una opinión positiva que genere y conserve un grado suficiente de confianza para el mejor desempeño gubernamental.

En los escritos de todas las épocas, como los de Platón, se consideraba que los gobernantes deberían ser los más sabios. Era reconocida como la más elevada actividad que los ciudadanos pueden realizar, porque es para beneficio de todos. Sin embargo, los abusos y excesos han deteriorado esa imagen ideal.

Hay quienes se esmeran en conservar y mejorar la opinión que se tiene de su persona, especialmente en los tiempos electorales, y luego como autoridades o representantes. Especialmente procuran estar alejados de ser raspados por la corrupción, más que por la ineficiencia, que están vinculadas al buen funcionamiento del gobierno.

Destacan especialmente el trato digno para todos los ciudadanos, la transparencia y la rendición de cuentas en la actividad gubernamental. La buena administración pública debe generar confianza ciudadana.

Lamentablemente, la imagen negativa parece haber alcanzado proporciones escandalosas y por ello preocupantes, porque aumenta el desprestigio de la política y del gobierno, al identificarse como comportamiento negativo individual y colectivo, que va directo, como si fuera en tendencia a la decadencia de un sistema.

Por ello, es fundamental cuidar los términos en que se concibe la Reforma de Estado al Poder Judicial, como parte del equilibrio de contrapesos en los poderes públicos, porque los delincuentes deben ser condenados por la justicia. Debemos luchar por conservar lo bueno que se ha logrado en muchos años, y depurar lo malo, que hoy predomina en la crítica.

Pocos países se escapan de los escándalos de funcionarios o de sus parientes. Más grave aún, dañan la confianza ciudadana por falta de investigación y de sanciones ejemplares, porque se trata de un problema estructural en el funcionamiento del gobierno y de la administración pública. Esto provoca además, el distanciamiento de los ciudadanos de los políticos, su caída al escepticismo y hasta la desconfianza. Esperemos que la reforma sea para mejorar.