La confianza del consumidor estadounidense cayó a principios de febrero a su nivel más bajo en más de una década, en medio de las expectativas de que la inflación siga aumentando en el corto plazo, mostró una encuesta divulgada el pasado viernes.

La Universidad de Michigan dijo que su índice preliminar de confianza del consumidor cayó a 61.7 en la primera mitad de este mes, el nivel más bajo desde el 2011 tras una lectura final de 67.2 en enero.

La caída en la confianza reportada por la institución educativa fue total entre los hogares con ingresos de 100,000 dólares o más al año, lo que podría reflejar la caída de los precios del mercado de valores.

Un tercio de los consumidores citó el impacto de la inflación en sus finanzas personales y casi la mitad espera una disminución de sus ingresos ajustados a la inflación durante el próximo año.

“La opinión de la Reserva Federal de Estados Unidos de que una inflación ligeramente inferior a 2% era un problema, nunca la vieron los consumidores como una dificultad, pero ahora sí la ven así”, dijo Conrad DeQuadros, asesor económico principal de Brean Capital en Nueva York.

“Pero, ¿esto enfriará el gasto de los consumidores y frenará la recuperación?”, se preguntó Robert Frick, economista corporativo de Navy Federal Credit Union en Viena, Virginia, “eso es dudoso, dado que el gasto y la confianza divergieron cuando el estímulo del gobierno puso cientos de miles de millones en las cuentas bancarias de los consumidores y el gasto aumentó mientras la confianza cayó. Gran parte de ese dinero sigue ahí, al igual que la demanda reprimida de servicios”, declaró.

Economistas encuestados por Reuters previeron que el índice subiera a 67.5 y el indicador de las condiciones económicas actuales de la encuesta cayó a una lectura de 68.5 desde 72.0 de enero. La medida de las expectativas de los consumidores descendió a 57.4 desde 64.1 de enero.

Los pronósticos de inflación a un año de la encuesta subieron a 5%, la más alta desde el 2008, mientras que los pronósticos a cinco-10 años se mantuvieron en 3.1 por ciento.

Más débil que otras medidas de confianza

El índice es sensible a los precios de la gasolina y al mercado de valores. Sin embargo, es mucho más débil que la mayoría de las otras medidas de confianza, incluida la del The Conference Board, que está por encima de los niveles alcanzados durante los primeros confinamientos por la pandemia de Covid-19 en la primavera del 2020.

La encuesta de The Conference Board da más peso al mercado laboral, que está generando rápidamente puestos de trabajo.

El índice de confianza del consumidor de The Conference Board disminuyó en enero para ubicarse en 113.8, por debajo de 115.2 de diciembre.

“La continua debilidad relativa de la confianza parece exagerada en relación con los fundamentos”, dijo Scott Hoyt, director senior de Moody's Analytics en West Chester, Pennsylvania. 

Añadió que es probable que se produzca un repunte y este índice podría subir más que otros. Sin embargo, el momento es incierto y probablemente dependa de los precios de la gasolina, la inflación y los contagios de Covid-19.