Si en el amor todo se vale, mucho más en la intimidad. Si estás buscando nuevas formas de consentir a tu pareja te recomendamos darle una oportunidad a la técnica del “tickling”.

Se trata del nombre “científico” de la práctica de cosquillas durante la relación sexual o previo a ellas; esta técnica puede garantizarte horas de sana diversión… literalmente.

Para no caer en la monotonía es importante probar con nuevas actividades que le den un toque diferente a la intimidad, quizá si sientes que no sucede nada “fuera de lo común” es momento de que intentes con el tickling.

No dejes que la llama de lo espontáneo o diferente se termine, date la oportunidad de experimentar nuevas sensaciones al lado de tu pareja; seguramente ambos terminarán viendo estrellitas.

Estas cosquillas erótica son muy diferentes a esas que ocurren cuando quieres hacer que el otro suelte la carcajada o se defienda de forma abrupta al momento de pasar los dedos por las costillas.

El tickling busca que por medio de cosquillas suaves se despierten todos los sentidos y la piel se erice a un punto erótico. Es gracias a las terminaciones nerviosas que es posible experimentar una sensación mucho más placentera al momento de intentar con esta técnica.

La primera recomendación es usar un objeto como puede ser una pluma para estimular áreas que pueden ser bastante receptivas; esta es más una cuestión de conocer a tu pareja o autoexplorarte para conocer más sobre ti y tus preferencias.

Algunos consideran al tickling una práctica más bien fetichista, no obstante, los sexólogos y terapeutas de pareja recomiendan siempre mantener una mente abierta ante las posibilidades en la intimidad.

Por otra parte, es muy importante hablar con tu pareja, comunicarte con ella y expresarle qué es lo que más te agrada al momento de llevar a cabo esta y otras prácticas.