Uno de los temas
circunstanciales relevantes que unen a las Legislaturas LX y LXI del Estado de
México, es el tema encargado al Secretariado para la Revisión Integral de la
Constitución, a punto de entrar a una de sus etapas principales: el Parlamento
Abierto, donde participarán poco más de 1,000 ciudadanos de nuestro Estado,
algunos de ellos representantes de diversas organizaciones de la sociedad.
Entre comentarios y preguntas
surge la duda, hasta donde llegará este esfuerzo que tiene escasos 8 meses de
actividad, inmerso en la crisis de la pandemia del Covid-19, y que, sin
embargo, con el uso de las Tecnologías de la Información, logramos continuar
con la misión encomendada.
Hemos consultado a
especialistas, académicos, servidores públicos y a ciudadanos para identificar
las aspiraciones e innovaciones que permitan lograr la configuración
constitucional para el Siglo XXI, impulsando la protección de sus principios y
valores que resguarden el sistema constitucional de quienes abusan de su poder
para afianzar su posición.
Podrá servir de base para la
reforma integral a nuestra Constitución, que tanta falta le hace. Esa será
decisión de los legisladores, en su carácter de representantes de la voluntad
general. A quienes concluirán su período, nuestro agradecimiento por su
confianza y los mejores deseos para su futuro. A quienes continúan reelectos o
se integran, la más cálida bienvenida y desearles mucho éxito en el
cumplimiento de sus atribuciones.
El informe que se rendirá a la
Legislatura actual mostrará el resultado de las propuestas de este esfuerzo
colectivo, para impedir que actores políticos conspiren para promover sus
intereses individuales o de grupo, frente al de las mayorías, usando los
recursos de los contribuyentes, así como las atribuciones de la ley, con amplia
discrecionalidad para preservar su poder. Con actitud democrática se podrán
poner de acuerdo y evitarán la tentación de la congeladora o la parálisis
legislativa.
Se debe cuidar que la
Constitución, al ordenar los Poderes públicos, deje claramente establecidos los
límites del ejercicio del poder frente a las libertades y derechos
fundamentales de la sociedad.
Al ser nuestra norma suprema,
debe consolidar los principios fundacionales en el contexto de las circunstancias
actuales, los avances de la ciencia y la tecnología, y además establecer la
obligación de la prospectiva de cara al proceso de mundialización en que nos
encontramos. Con entusiasmo impulsaremos el Parlamento Abierto a los
ciudadanos, hecho histórico de la LX Legislatura.