En Bank of America Securities consideran que la contracción observada en el Producto Interno Bruto (PIB) del tercer trimestre es sólo un bache en la recuperación.
“Estados Unidos sigue creciendo, si bien tuvo una desaceleración en el tercer trimestre, no tan grande, un poco también por el Covid y la interrupción de las cadenas de producción, seguirán creciendo a tasas básicamente alrededor del 5%, que es un impulso muy importante para México”, explicó el economista para México y Canadá en BofA Securities, Carlos Capistrán.
Así que considera que pese al “tropezón del tercer trimestre”, México sí puede crecer en 6% este año, si bien con riesgos a la baja.
Entrevistado por El Economista, explica que para el próximo año también es factible que la economía mexicana avance 3.5% por incertidumbre del Covid y de las cadenas de suministro. Pero advierte que los riesgos son a la baja.
Desde Nueva York, dice que en algún momento México va a tener que producir más autos porque está la demanda en Estados Unidos y sus inventarios se encuentran en niveles históricamente bajos. En cuanto se reactiven las cadenas de producción, México va a acelerar su participación. Pero es muy difícil saber si será en el primer semestre, en la segunda parte del año próximo, o hasta el 2023, refirió.
Nosotros creemos que la reactivación de las cadenas de producción se dará a mediados del próximo año. Si se llega a activar en el primer trimestre del 2022, se pueden alcanzar incluso los pronósticos del gobierno de un crecimiento de 4.1 por ciento”.
Entonces el panorama para el próximo año tiene aún mucha incertidumbre, pues seguirá afectado por la interrupción de las cadenas de producción y el Covid-19.
Cualquiera que sea el caso en la trayectoria que seguirá la economía y la vacunación, la actividad económica el año entrante mantendrá el rebote tras la salida del cierre por la pandemia.
Eventualmente México se irá a la tendencia más natural del crecimiento que ha sido tradicionalmente entre 2 y 2.5 por ciento.
El estratega de BofA explica que “aquí en Nueva York, lo que nos dicen los inversionistas es: Primero nos invitan a ayudarles a producir energía y luego nos dicen que no es necesaria nuestra participación. Y en lo que México se pone de acuerdo, se merma su capacidad para crecer”.