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Corea del Sur :preguntar a la gente por su edad es una necesidad

por Redacción
05-01-2022

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La primera vez que el británico Joel Bennett comprendió que había dado un gran paso en falso lingüístico durante su primer viaje a Corea del Sur fue cuando agradeció a la dueña de un restaurante por una buena comida.

La propietaria era una mujer de unos 60 años y Bennett, quien entonces tenía 23, le dijo gomawo, que se traduce como un alegre "gracias" en inglés. Él pensó que estaba siendo educado.

Aunque Bennett no lo sabía, había usado una versión casual e informal del "gracias" que se habría interpretado como grosera e insultante si hubiera sido coreano.

"No me di cuenta de que había tantas formas de agradecer. Siempre pensé que gracias era gracias", dijo Bennett, quien tiene ahora 33 años.

Pero en la cultura de Corea del Sur se esperaría que Bennett, siendo varias décadas más joven que la propietaria del restaurante, hubiera utilizado la forma honorífica del idioma.

El coreano es un sistema lingüístico complejo con múltiples niveles de habla y ha sido descrito como una de las lenguas más complicadas del mundo, ya que requiere evaluar constantemente la edad, el estatus social y el nivel de intimidad en la relación con el destinatario.

Esa es la razón por la cual en Corea del Sur, poco después de conocer a alguien, invariablemente se le pedirá que revele su edad.

Compartir libremente su edad o su año de nacimiento no es simplemente una convención social. Es un contrato social que establece el orden y la jerarquía entre los hablantes.

Y es que incluso la diferencia de un año puede dictarlo todo, desde la forma en la que las personas se hablan hasta la manera en la que comen y beben en compañía.

"El factor número uno para determinar qué estilo de habla usar es la edad", explicó Jieun Kiaer, profesora de lengua y lingüística coreanas en la Universidad de Oxford.

"Es por eso que la gente siempre se pregunta la edad entre sí. No porque estén necesariamente interesados en cuántos años tiene el otro, sino porque realmente necesitan dar con el estilo de habla adecuado", agregó.

A algunos occidentales preguntarle la edad a alguien que acaban de conocer les puede parecer una intrusión inadecuada.

Pero para entender por qué la edad no es solo un número en la sociedad coreana se necesita conocer el impacto del neoconfucianismo.

Es una antigua ideología centrada en la piedad filial, la deferencia a los ancianos y el orden social, que gobernó el país durante más de 500 años a lo largo de la Dinastía Joseon (1392-1910) y continúa dictando las normas sociales.

"Todo el confucianismo se puede resumir en dos palabras: humanidad y ritual", dijo Ro Young-chan, profesor de estudios religiosos y director del Centro de Estudios Coreanos de la Universidad George Mason en Fairfax, Virginia (Estados Unidos).

Ro explicó que las enseñanzas del filósofo chino Confucio (551 a 479 a. C.) surgieron durante un período de agitación en la historia de China.

Para restablecer el orden en todo el país, el filósofo creía que la humanidad podía salvarse estableciendo una estructura social basada en un estricto código de buenos modales y ritos ceremoniales, en la que todas las personas tenían un cierto rol y todos entendían cuál era su lugar en ella.

En el neoconfucianismo la armonía social se puede lograr respetando el orden natural dentro de cinco relaciones centrales conocidas como oryun: rey y súbdito; marido y mujer; padre e hijo; hermano y hermano; y de amigo a amigo.

Aquellos que ostentan el papel principal (padre, esposo, rey) deben ser tratados con respeto y humildad, mientras que a cambio aquellos en los peldaños más bajos de la jerarquía social son atendidos con benevolencia.

Pero en la sociedad en general, cuando conoces a alguien, ¿a quién se le asigna el puesto más alto y se gana el respeto, las cortesías y las formalidades honoríficas que lo acompañan?

Ahí es donde entra en consideración la edad.