El gobierno de China estableció su objetivo de crecimiento económico más bajo en más de 30 años, una señal de que la caída de la vivienda, los estrictos controles de COVID-19 y los riesgos globales continuarán frenando la demanda.
Beijing apuntará a un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de alrededor del 5.5 por ciento este año, según un discurso preparado por el primer ministro Li Keqiang en la apertura de la Asamblea Popular Nacional. La mayoría de los economistas encuestados por Bloomberg predijeron que el gobierno establecería un rango de 5 a 5.5 por ciento.
Los formuladores de políticas apuntan a reducir el déficit presupuestario al 2.8 por ciento del PIB este año desde el objetivo del año pasado de alrededor del 3.2 por ciento. También tienen como objetivo agregar más de 11 millones de empleos urbanos en 2022, manteniendo la tasa de desempleo por debajo del 5.5 por ciento y la inflación en alrededor del 3 por ciento.
La economía comenzó a debilitarse a fines del año pasado, abrumada por la caída del mercado inmobiliario, los repetidos brotes de COVID-19 y el bajo gasto de los consumidores. La perspectiva se ha deteriorado este año con un aumento en las tensiones geopolíticas a medida que la invasión rusa de Ucrania agita los mercados financieros y aviva los precios de las materias primas
“Nuestro país enfrentará muchos más riesgos y desafíos, y debemos seguir presionando para superarlos”, dijo Li en el informe. “No hay duda de que la economía de China resistirá cualquier presión a la baja y continuará creciendo de manera constante en el futuro”.