Sostiene que parte del crecimiento estimado por Hacienda para el próximo año se explica por una producción industrial fuerte en Estados Unidos, la variable que más está vinculada con la economía mexicana y que todavía se mantiene por arriba de 4 por ciento, una tasa que duplica la expansión de ese país. Además, si bien existe el riesgo de una desaceleración en la actividad del principal socio comercial de México, de ninguna manera se observa o hay evidencia todavía de que esté entrando en recesión.
En entrevista con La Jornada, Yorio González refiere que lo mismo sucede con los ingresos propuestos. Además de que están impulsados por la inflación, su crecimiento real también se debe a que la base de recaudación ya no está siendo erosionada. Asegura que ésta pasó de 12.8 por ciento del PIB a casi 14.7 por ciento –en una economía más pequeña que antes de la pandemia. Son casi dos puntos porcentuales que se incrementó la base tributaria. Ese efecto ya es permanente y se quedó para el programa económico 2023.
Si bien uno de los rubros que más se disparó en el gasto del próximo año es el costo financiero de la deuda, 29.9 por ciento en un contexto de alzas en las tasas de interés y un encarecimiento marcado por el lado de la deuda interna, el subsecretario de Hacienda descarta un ajuste en la política de la actual administración, que consiste en mantener el saldo del endeudamiento en un nivel fijo como proporción del PIB, al tiempo que se busca reducir las obligaciones en mercados internacionales.