La crisis de los partidos políticos que estuvieron
compitiendo después de la reforma López Portillo- Reyes
Heroles (1977), ha llegado a su fin.
La vapuleada que le dio la ex locutora Lilly Téllez a
Santiago Creel, en el PAN, más las torpezas de Marko Cortés
al frente de una organización que era contraria al PRI.
La burla que ha realizado Alejandro Moreno, con el
mote de Alito, a los adheridos que creyeron en la
permanencia del antiguamente llamado Invencible (PRI),
incluidos a los intelectuales orgánicos que lo apoyaron
(Krauze, Aguilar Camín, et al).
La permanencia de Jesús Zambrano en la supuesta
dirigencia de las filas de una organización que tuvo en sus
filas a Cuauhtémoc Cárdenas, Ifigenia Martínez y López
Obrador y hoy es una agrupación que se agarra en el mitin
de Alejandra del Moral (Edomex) a sillazos con los
tricolores.
La pérdida del registro de muchos que iniciaron a
participar al final de los años setenta y hoy son sectas mal
armadas.
La aparición de Morena, que no es un partido sino algo
donde caben de dulce, de chile y de manteca (allí estuvieron
Lilly Téllez, Germán Martínez y Ricardo Mejía, desertores
sinvergüenzas).
La casi certeza que en el 2024 continuará gobernando
la Presidencia de la República la organización de Andrés
Manuel López Obrador y, mientras tanto, la oposición
continúa deshojando la margarita para tener una noción
pobrísima de qué hacer.
Todo ello anuncia que se requieren soluciones nuevas
para los tiempos actuales y por venir.
Es cierto que en Coahuila triunfará Manolo Jiménez,
del PRI. Ello por imposición de los hermanos Moreira y la
división de quienes confrontan a este señor y su mafioso
aparato: Morena con Armando Guadiana, el depredador del
carbón; el PT con Ricardo Mejía, que lo cegaron los
reflectores de las mañaneras y Lenin Pérez, quien no
declinó en el PVEM, pero se quedará como un testimonio
estatal para realizar negocios mínimos, y recordar que su
padre Evaristo, fue dirigente importante en el STUNAM,
pero también asesor de Carlos Salinas de Gortari.
Más de 100 años priistas en Coahuila, que serán
eternos para Jiménez, quien sólo tendrá de compañía al
gober de Durango, el casi desconocido Esteban Villegas, por
lo que podrán hacer dúos nostálgicos.
La situación en el estado de México no está resulta, a
pesar de que todas las encuestas le dan a la maestra
Delfina Gómez de tres (varias pagadas por Alejandra del
Moral) a 17 puntos de ventaja.
Pero como han alertado los especialistas Francisco Cruz
y Bernardo Barranco, se puede realizar un gran fraude si
Morena no tiene los representantes en las seis mil
quinientas casillas. Lo que llevaría a que el Instituto
Electoral del Estado de México y el Tribunal de la misma
entidad puedan favorecer a la señora que tiene seis casas,
dos terrenos y ha participado en los fraudes de Arturo
Montiel, Eruviel Ávila y Enrique Peña Nieto, la mencionada
Del Moral.
Algo realmente complicado ya que los apoyos
federales de antaño: Presidencia de la República e INE,
están en otras manos de quienes han destrozado y regalado
al extranjero el país: el PRI.
Así pues, luego del 4 de junio de 2024, México tendrá
que modificar sus posiciones políticas, ya que los votos que
se prevén para los más viejos partidos: PAN y PRI no serán
arriba de 15 puntos, cada uno; mientras el PRD tendrá que
hacer fraude para conservar su registro.
Por lo tanto, adiós a los partidos que en el siglo XX
estuvieron como ejes de la política nacional.
¿Qué ocurrirá con Morena sin López Obrador?
He allí la gran interrogante el próximo año.
jamelendez44@gmail.com
@jamelendez44